En plena cultura de la cancelación, Annika Lindgren adapta a la corrección política la obra de su abuela Astrid. “Pippi Calzaslargas es más necesaria que nunca”, asegura pletórica Esther Rubio, editora de Kókinos y ferviente admiradora de Astrid Lindgren, la escritora sueca más universal que impulsó con su creativa pluma leyes que revolucionarían la defensa de los niños y de los animales.
Rubio acudió este miércoles a la embajada de Suecia en España con una invitada de excepción: Annika Lindgren, la nieta de la credora de Pippi y de otros clásicos títulos que han alimentado durante décadas la imaginación de los niños de todo el mundo. “Era una mujer excepcional, una abuela amorosa que se subía a los árboles con más de 60 años y que siempre nos permitió ser niños”, rememora Annika Lindgren, convencida de que Pippi Calzaslargas fue la primera niña empoderada de la historia que se atrevió a agitar las conciencias de los adultos con su irreverencia para otorgar a los más pequeños el incuestionable derecho a disfrutar sus imaginativas vidas.
“Mi abuela siempre se interesaba por nuestros pensamientos”, asegura Annika Lindgren antes de reconocer que la principal obsesión de la prolífica Astrid fue “dar poder” a los más pequeños.
Pippi Calzaslargas no era ni de lejos una niña a imitar, pero “desde luego era y es una persona a la que siempre querrías tener de amiga para hacerte la vida más divertida y aventurera”, subraya.
Malhablada, deslenguada, pícara y audaz, el lenguaje que utilizaba Pippi en los cuentos ideados por Astrid ha evolucionado para tratar de no levantar ampollas en este proceloso mundo de lo “correcto”.
“Lo entendemos”, asegura Annika Lindgren, quien ha dado la autorización para eliminar fragmentos de los cuentos que hoy pudieran ser tildados de “racistas”.
Con estos ‘retoques’, Pippi ya no se referirá a su padre como ”rey negro”, sino simplemente “rey”, y desaparece la escena en que la pequeña pelirroja jugaba a ‘hacer el chino’ estirándose los párpados. “Mi abuela nunca hubiese querido herir a nadie y, menos a los niños”, continúa la nieta de la escritora sueca.
Pippi Calzaslargas es toda una referencia en el imaginario colectivo de varias generaciones. Una niña rebelde y absolutamente rupturista para su tiempo. Un icono que está más vivo que nunca. Hoy, casi 80 años después de su publicación, la pequeña Långstrump continúa agitando conciencias y transformando a pequeños y adultos que siguen disfrutando con sus aventuras.
Una de las grandes voces de la literatura sueca así como de la literatura infantil
Astrid Lindgren es una de las grandes voces de la literatura sueca así como de la literatura infantil de todos los tiempos. Con un estilo propio, renovado, con unos personajes nada arquetípicos y argumentos disruptivos y diferentes. Su personal combinación de elementos ha dado lugar a una bibliografía generosa en historias y plagada de éxitos, celebrados en cada uno de los más de 50 países en los que ha sido publicada.
La colección de ‘Las travesuras de Emil’, ‘Los hermanos Corazón de León’, así como ‘Mío, mi querido mío’, son solo algunos de los títulos de la extensa obra literaria de Astrid Lindgren que, ahora, tras permanecer inéditos o descatalogados durante décadas, regresan a los estantes de las librerías de la mano de la editorial infantil Kókinos.
Una de las últimas publicaciones de Astrid en la editorial es ‘Ronia la hija del bandolero’. Es un libro repleto de ilustraciones realizadas en colaboración con Studio Ghibli, el gigante de la animación japonesa. La compañía de Hayao Miyazaki ha dado vida de manera preciosista a la historia de Lindgren, con dibujos deudores del estilo del estudio nipón y reconocibles para cualquier seguidor de su trabajo. Entre los próximos lanzamientos, está prevista una serie de comics sobre Ronia, también con Studio Ghibli al frente.
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