Una unidad de operaciones especiales de Estados Unidos y un contingente de marines han estado operando en secreto en Taiwán para entrenar a su fuerza militar, según han informado funcionarios estadounidenses, como parte de los esfuerzos para reforzar las defensas de la isla mientras aumenta la preocupación por una posible agresión china.
Alrededor de dos docenas de miembros de las tropas de operaciones especiales y de apoyo de EEUU están llevando a cabo la formación de pequeñas unidades de las fuerzas terrestres de Taiwán, explicaron los oficiales. Los marines estadounidenses están trabajando con las fuerzas marítimas locales en el entrenamiento de pequeñas embarcaciones. Las fuerzas estadounidenses llevan operando en Taiwán desde hace al menos un año, señalaron los funcionarios.
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El despliegue de operaciones especiales de EEUU es una muestra de la preocupación del Pentágono por las capacidades tácticas de Taiwán, dado que Pekín lleva años acumulando fuerzas militares y ha amenazado hace poco a la isla. Las autoridades taiwanesas y estadounidenses han expresado su alarma por los casi 150 vuelos de aviones militares chinos cerca de Taiwán en la última semana. Los aviones chinos han incluido cazas J-16, bombarderos estratégicos H-6 y aviones de detección de submarinos Y-8 y han establecido un récord de incursiones de este tipo, según el gobierno de Taiwán.
Los vuelos chinos, aunque no entran en la zona que Taiwán define como su espacio aéreo, recuerdan que el Partido Comunista ve a Taiwán como parte de China. Pekín ha prometido tomar el control de la isla por la fuerza si es necesario. Altos cargos militares estadounidenses declararon a principios de este año que es probable que Pekín intente utilizar la fuerza en sus planes sobre Taiwán en los próximos seis años. Otros responsables han dicho que el horizonte de acción de China podría ser más cercano.
El ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, advirtió el miércoles que China podría lanzar un ataque a gran escala contra Taiwán con pérdidas mínimas en 2025. La Casa Blanca y el Pentágono declinaron hacer comentarios sobre este despliegue de la fuerza militar estadounidense. No se ha recibido una respuesta inmediata a las solicitudes de comentarios por parte de Taipei. El despliegue es rotatorio, explicaron los oficiales estadounidenses, por lo que los miembros de las unidades estadounidenses cumplen un calendario variable.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo en un comunicado que instó a Estados Unidos a adherirse a los acuerdos previos y a cesar la ayuda militar a Taiwán. “China tomará todas las medidas necesarias para proteger su soberanía e integridad territorial”, dijo. Informaciones de medios de comunicación asiáticos del año pasado sugiriendo un posible despliegue de marines estadounidenses en Taiwán nunca fueron confirmados por responsables estadounidenses. No se ha informado previamente de la presencia de fuerzas de operaciones especiales estadounidenses.
La desconfianza de Taiwán
La unidad de operaciones especiales y el contingente de marines son un pequeño pero simbólico esfuerzo de Estados Unidos para aumentar la confianza de Taipei en la construcción de su defensa contra una posible agresión china. Oficiales en activo y retirados del gobierno de Estados Unidos y expertos militares creen que es mejor profundizar en los lazos entre las unidades militares de Estados Unidos y Taiwán que simplemente vender equipamiento a Taiwán. Estados Unidos ha vendido a Taiwán miles de millones de dólares en material militar en los últimos años, pero tanto los oficiales en activo como los veteranos creen que Taiwán debe empezar a invertir en su defensa de forma más importante e inteligente.
“Taiwán ha descuidado gravemente su defensa nacional durante los primeros 15 años, más o menos, de este siglo, al comprar demasiados equipos caros que no sobrevivirían a las primeras horas de un conflicto, y muy poco en lo que respecta a sistemas más baratos pero letales —misiles antibuque, minas marinas inteligentes y fuerzas auxiliares y de reserva bien entrenadas— que podrían complicar seriamente los planes bélicos de Pekín”, señala Matt Pottinger, distinguido profesor visitante de la conservadora Institución Hoover de la Universidad de Stanford, que fue viceconsejero de seguridad nacional durante la administración Trump. Pottinger indica que el gasto militar global de Taiwán era similar al de Singapur, que tiene una cuarta parte de la población de Taiwán y “no tiene a China respirándole en la nuca”. Pottinger reconoce que no tenía conocimiento de ningún despliegue de tropas estadounidenses en Taiwán.
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En mayo, Christopher Maier, que más tarde se convirtió en subsecretario de Defensa para operaciones especiales, dijo al Comité de Servicios Armados del Senado durante su audiencia de confirmación que Estados Unidos debería considerar firmemente un despliegue de fuerzas de este tipo para ayudar a Taiwán a reforzar sus capacidades. Maier, que trabajó en el Pentágono bajo la administración Trump, no dijo que las fuerzas de operaciones especiales ya estaban operando allí. Maier declaró a los senadores en mayo que las unidades de operaciones especiales estadounidenses podrían enseñar a las fuerzas de Taiwán cómo defenderse de un desembarco anfibio o entrenar para docenas de otras operaciones necesarias para defender la isla. “Creo que es algo que deberíamos considerar seriamente cuando pensamos en la rivalidad a través de las diferentes capacidades que podemos aplicar”, dijo entonces.
Aunque algunos aspectos del despliegue estadounidense podrían ser confidenciales, también se considera políticamente sensible dadas las tensas relaciones entre Estados Unidos y China, según los oficiales estadounidenses. Las relaciones entre Estados Unidos y China atraviesan momentos de tensión en relación con el comercio, la pandemia del virus Covid-19, los derechos humanos y la seguridad regional, incluida la del Mar de China Meridional. El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, se reunió recientemente en Zúrich con Yang Jiechi, el principal diplomático chino.
¿Cómo responderá China?
Es probable que China considere la presencia de las fuerzas militares estadounidenses como una violación de los compromisos adquiridos por Washington en acuerdos anteriores. En el que establecía las relaciones formales entre EEUU y China en 1979, Washington acordó romper los lazos formales con Taiwán, poner fin a un acuerdo de defensa y retirar sus fuerzas de la isla. Más tarde, Estados Unidos aseguró que reduciría la venta de armas a Taiwán.
Un portavoz del Pentágono se refirió a la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, aprobada por el Congreso, y explicó que dicha ley prevé la evaluación de las necesidades de defensa de Taiwán y la amenaza que representa la República Popular China, o RPC. “Me gustaría señalar que la RPC ha intensificado sus esfuerzos para intimidar y presionar a Taiwán, incluyendo el aumento de las actividades militares realizadas en las proximidades de Taiwán, que creemos que son desestabilizadoras y aumentan el riesgo de un error de cálculo”, dijo el portavoz, John Supple, en un comunicado.
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La administración Trump flexibilizó las normas que restringían los contactos de oficiales estadounidenses con Taiwán, en una medida que fue aplaudida en su momento por las autoridades taiwanesas. Las restricciones limitaban los intercambios entre Estados Unidos y Taiwán para evitar provocar a China. La administración Biden ha continuado con algunas de las medidas de su predecesor, enviando una delegación estadounidense a Taipei en abril. Antes de dejar el cargo, Trump desclasificó el Marco Estratégico de Estados Unidos para el Indopacífico, un documento de 10 páginas que esboza ampliamente los objetivos para la región.
Una sección del documento sobre Taiwán dice que China tomará “medidas cada vez más asertivas para obligar a la unificación con Taiwán” y recomienda que Estados Unidos “permita a Taiwán desarrollar una estrategia de defensa asimétrica eficaz y capacidades que ayuden a garantizar su seguridad, su libertad de coerción, su resistencia y su capacidad para enfrentarse a China en sus propios términos“.
La estrategia también reclama una presencia militar estadounidense “creíble en combate” para evitar el dominio chino en la zona que incluye a Taiwán. El documento no ha sido sustituido por una nueva estrategia de la administración Biden, ni se está aplicando técnicamente. Oficiales de la administración Biden han reconocido que hay espacios de continuidad entre las dos administraciones en cuanto a las políticas sobre China.
*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.
source Cómo EEUU está ayudando en secreto a Taiwán ante la creciente amenaza china