A pesar de que 2022 viene marcado por la previsible retirada de estímulos por parte de los bancos centrales, es posible que los tipos de interés reales sigan siendo negativos en la mayor parte de las regiones del mundo. En este contexto, ¿dónde pueden los ahorradores colocar su dinero para obtener rentabilidad? Sobre todo en un momento en que, como sostienen los expertos de Banca March, la renta fija no será una buena opción, “ya que ni siquiera el crédito ‘high yield’ (de alto riesgo, también conocido como ‘deuda basura’) podrá compensar la pérdida de poder adquisitivo, registrando retornos pobres”.
Por el contrario, “la renta variable volverá a ser este año el mercado con mayor atractivo, aun después de un 2021 con crecimientos muy altos”. Frente a la opinión extendida de que la Bolsa baja cuando los tipos de interés aumentan, la entidad defiende la capacidad del mercado para seguir generando retornos positivos, “aunque por debajo de los obtenidos durante los últimos años”.
En este sentido, desde el área de estrategia de mercados de Banca March, destacan que la fase de ciclo intermedia en la que nos encontramos —de vuelta a la normalidad monetaria—, propiciará que los inversores tengan que ser más conscientes de los riesgos, ya que la volatilidad ha salido del letargo vivido en el pasado año, cuando las correcciones en las Bolsas fueron prácticamente inexistentes y de escasa profundidad: “Mantenerse invertido, aguantar los repuntes de volatilidad y posicionar las carteras para unos tipos de interés más elevados continúa siendo la mejor forma de afrontar los próximos meses, dejando un mayor margen de maniobra para poder aprovechar las oportunidades de compra”.
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El banco opina así que se deben posicionar carteras de renta variable con una exposición sectorial más equilibrada entre los sectores cíclicos y defensivos: “Sobre todo en el escenario macroeconómico actual, en el que los tipos de interés volverán a elevarse, destaca el potencial del sector financiero, que cotiza a valoraciones atractivas”. Por otro lado, desde un punto de vista más estructural, “continúan siendo interesantes los valores vinculados a la transición energética, digitalización y tecnología“, ya que se trata de sectores que van a recibir financiación pública a través de los fondos de recuperación europeos.
Una subida de tipos más acelerada
La entidad prevé que la progresiva retirada de estímulos por parte de los bancos centrales y la posterior subida de los tipos de interés será más acelerada que en anteriores crisis. En concreto, en el caso de la Reserva Federal consideran que “comenzarán a subir en marzo, coincidiendo con el fin de la expansión de balance. Un movimiento que será acompañado de otros tres aumentos adicionales a lo largo del ejercicio, lo que supone el alza del precio del dinero más temprano tras una crisis desde los años 80. En Europa se retrasarán hasta diciembre, y se esperan dos adicionales en 2023″.
A pesar de estas subidas, “los tipos seguirán siendo bajos y la economía mantendrá un ritmo fuerte de crecimiento, apoyada por el consumo privado —que se beneficiará de un ahorro sin precedentes y del impulso de los servicios—, el aumento de la inversión —que en el caso de Estados Unidos todavía se encuentra a niveles de 2018— y un gasto público enfocado en la transformación energética y digital“. En todo caso, con estos movimientos la entidad prevé que la economía mundial entre en una fase de crecimiento más moderada. Deja atrás el 5,6% logrado en 2021, el mayor avance en 50 años, y “apunta a un 4,2% para este año”, todavía por encima del promedio histórico de 3,9% desde 1980.
“En esta fase, China, que crecerá al 5% frente al 8,1% de 2021, aportará menos al crecimiento mundial, mientras que Estados Unidos superará (4%) a la Eurozona (3,8%)”. En el caso de España, a pesar de que este año se espera un aumento del PIB del 5,6%, “su recuperación seguirá rezagada y va a necesitar un año más que Europa para recuperarse del impacto de la pandemia. No será hasta finales de año cuando retomará los niveles de PIB previos al covid”.
No obstante, esta visión constructiva no está exenta de amenazas como la inflación, “el mayor riesgo al que se enfrenta la economía mundial”. Aun así, el 60% de esta subida de precios se debe, según Banca March, a los efectos de la reapertura postcovid y se irán diluyendo a lo largo del ejercicio, por lo que la inflación se moderará, aunque no volverá a los niveles previos a la crisis. “La previsión es que los precios del petróleo se mantengan elevados pero que el ritmo de crecimiento de los precios de la energía se frene, por lo que el efecto base comenzará a diluirse en la segunda parte del año. Por todo ello, se estima que la inflación cerrará el ejercicio en el entorno del 2% en la zona euro y del 3% en Estados Unidos“, ultiman desde el banco.
source Cómo rentabilizar tus inversiones en 2022 si los tipos de interés siguen negativos