En sus casi siete décadas de reinado, Isabel II ha demostrado un dominio absoluto de la puesta en escena. Pero en ocasiones, los micrófonos desvelan —de manera intencionada o no— opiniones que jamás tendrían cabida en discursos oficiales. Ocurría este jueves cuando la monarca, de 95 años, mostraba su enfado ante la inacción para las preparaciones de la cumbre del clima de Naciones Unidas (COP26). “Todo el mundo habla de la COP. Pero todavía no sé quién vendrá. No tengo idea”, revelaba a su nuera Camilla durante la apertura del parlamento galés. “Solo sabemos de las personas que no vienen. Es muy irritante cuando hablan, pero no actúan”, añadía.
Para el Gobierno de Boris Johnson, que actúa como anfitrión en una conferencia en la que pocos de sus socios internacionales parecen creer y que tiene lugar en plena crisis global por déficit energético, el pesimismo mostrado por la soberana es probablemente lo último que querían escuchar. Y los comentarios no podían ser más oportunos, porque este viernes el rotativo ‘The Times’ revelaba que el presidente de China, Xi Jinping, no estará en Glasgow.
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¿Ante quién es la irritación de su Majestad? ¿Ante los mandatarios que no acudirán a la cumbre? ¿O ante las labores de organización de su Gobierno que, apenas a dos semanas que comience una de las grandes citas de la agenda internacional, se entera de que el responsable del país detrás del 27% de las emisiones no estará presente? Hay interpretaciones para todos los gustos.
La COP26 —que tendrá lugar en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre— se había presentado como la cumbre más decisiva para el futuro del planeta, la más importante desde el Acuerdo de París de 2015, cuando 189 países de todo el mundo se comprometieron a reducir sus emisiones y colaborar para adaptarse a los efectos del cambio climático.
Sin embargo, hoy por hoy, las expectativas de éxito no son muy altas. El propio enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, reconocía esta misma semana en una entrevista con AP que la reunión podría terminar con las naciones lejos del objetivo de reducciones de emisiones de carbón y petróleo necesario para evitar niveles cada vez más devastadores de calentamiento global.
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En un primer momento, Kerry y otros figuras de peso habían calificado la COP26 como “la última y mejor oportunidad” para impulsar los recortes de emisiones, la inversión en energías renovables y las ayudas a los países menos ricos para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados centígrados a final de siglo. Los científicos advierten que el daño es irreversible y que nos encamina a niveles catastróficos si no se imponen grandes recortes en las emisiones.
Si bien Joe Biden y más de un centenar de otros líderes mundiales —entre ellos Pedro Sánchez— estarán presentes en Escocia, la ausencia de Xi Jinping tiene gran protagonismo. Este mismo lunes, el mandatario del gigante asiático anunciaba que, antes de establecer un calendario de reducción de emisiones, debía evaluar la actual crisis energética. ¿Se puede hacer algo con el clima sin el compromiso de China?
El hecho de que Xi Jinping no acuda a la cumbre ha creado dos escuelas de pensamiento. La primera, al igual que Isabel II, se muestra pesimista. Los organizadores de la COP26 temen que su decisión de mantenerse alejado pueda presagiar que China —que está construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón— se niegue a publicar los nuevos objetivos de cambio climático que se espera que todas las naciones anuncien antes de la cumbre.
“Veamos qué hace China en lugar de obsesionarnos con quién aparece”.
De momento, solo lo han hecho la mitad de miembros del G20, que agrupa alrededor del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y si Pekín permanece en silencio, entonces las posibilidades de un acuerdo, y con él de un triunfo diplomático para Boris Johnson, parecen cada vez menos probables.
Con todo, hay una segunda escuela de pensamiento que se muestra más optimista. A pesar de que Xi Jinping sí asistió a la cumbre de París en 2015, según revela una fuente de Whitehall (donde se encuentran todos los ministerios del Gobierno británico), lleva años sin salir de China, por lo que su ausencia tampoco sería tan relevante. “Xi lleva años sin viajar a ningún lado. No fue a la asamblea general de la ONU [el mes pasado ] y no va al G20 [30-31 octubre Roma]. Veamos qué hace China en lugar de obsesionarnos con quién aparece”, matizaba dicha fuente a The Times.
Según el Informe de Transparencia Climática 2021 —la recopilación de información anual más completa del mundo acerca de la acción climática de los países del G20— los mandatarios han aumentado su ambición respecto a los objetivos marcados contra el cambio climático, pero todavía no están en condiciones de cumplir con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados a final de siglo. Los planes nacionales de recorte de emisiones (NDC) de esos países permiten prever que el incremento de la temperatura será de 2,4 grados a final de siglo si no hay un mayor compromiso por parte de ese grupo de países, alerta el informe realizado por expertos de 16 organizaciones.
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En septiembre se habían presentado 13 NDC por parte del G20 y seis de ellos —Argentina, Canadá, la UE (Francia, Alemania e Italia), Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos— aportaron planes más ambiciosos de los que habían presentado anteriormente. Otros tres —China, Japón y Corea del Sur— también propusieron metas más optimistas, pero todavía no han presentado sus planes nacionales.
Si China, que es responsable del 27% de las emisiones globales de CO2, no publica su NDC o establece uno que no reduzca aún más la dependencia de los combustibles fósiles, podría frustrar los intentos de lograr un acuerdo que demuestre que el mundo está en camino de mantener el objetivo de limitar el calentamiento global. A las empresas con vínculos con Pekín se les ha dicho que no esperen nuevos compromisos en Glasgow después de que el gigante asiático no cumpliera con la fecha límite.
Estos temores se han visto agravados por el anuncio de Pekín de que tenía la intención de acelerar la construcción de centrales eléctricas de carbón. El año pasado, en la asamblea general de la ONU, Xi se comprometió a que China alcanzara cero emisiones netas para 2060 y que las emisiones alcanzaran su punto máximo para 2030, pero esto no se ha convertido en un plan nacional. Además, tampoco sería suficiente para mantener la meta de los 1,5 grados. En la cumbre de la ONU de este año, China se comprometió a detener la inversión en nuevos proyectos de carbón en el extranjero, pero no ha asumido ningún compromiso nacional adicional.
En cualquier caso, Downing Street confía en que Xie Zhenhua, el enviado chino para el clima que sí se espera esté en Glasgow, sí pueda hacer más compromisos. El ‘premier’ Boris Johnson, que actúa como anfitrión, se juega mucho en esta cumbre. Promete que su Gobierno será “el más verde” de la historia del Reino Unido, uno de los grandes logros de la era post Brexit. Por lo tanto, si la COP26 finaliza sin compromiso en firme sería un gran fracaso diplomático.
source ¿Confía alguien en la cumbre del clima COP26? Hasta Isabel II muestra su pesimismo