Del futuro de Azcón y Guardiola a las dudas de Núñez y Sáenz de Buruaga: los barones del PP que se la juegan el 28-M

Fue uno de los primeros mensajes que Alberto Núñez Feijóo envió a sus barones cuando llegó a la presidencia del PP: solo quiere a su lado a candidatos ganadores. Su discurso político ha seguido en esa línea defendiendo la tesis de que gobierne la lista más votada —exige al PSOE reciprocidad, eso sí— y denostando los pactos entre perdedores de los que se valió también su partido en 2019 para hacerse con el poder. En el arranque de la campaña volvió a mandar un recado desde Valencia que más de uno apuntó: “Nosotros no vamos a gobernar perdiendo. Nosotros sólo vamos a gobernar ganando”.

La euforia se abrió paso en una ciudad en la que el PP se ve ganador. También en la Comunidad Valenciana, a la espera de ver cómo queda la suma de los bloques. Podría ocurrir que el PP ganara, pero no consiga gobernar. En otras comunidades, como Castilla-La Mancha, notaron más presión. Hay territorios en los que el PP podría ser segunda fuerza, pero llegaría al poder pactando con Vox. En Génova dan por hecho que serían casos muy puntuales, mientras los candidatos tratan de bajar a la tierra: “Si podemos arrebatar una plaza importante al PSOE, lo haremos”. 

Lo que está claro es que en estas elecciones, que son clave para el futuro de Feijóo, muchos barones regionales también se la juegan. En Castilla-La Mancha el líder del PP dijo este viernes que el cambio “se tocaba con los dedos”. A pesar de que el PSOE dan por hecho que Emiliano García-Page revalidará, los datos del PP apuntan a que el desenlace llegará por un puñado de votos. El candidato conservador, Paco Núñez, cosechó su primer gran fracaso en 2019. Pero, como dicen en su entorno, “se echó el partido a las espaldas” y peleó hasta llegar al congreso regional en el que se hizo con la presidencia del PP en su comunidad.

Feijóo y María Guardiola, candidata del PP a la presidencia de Extremadura. Andrés Rodriguez


La mala relación con el anterior secretario general, Teodoro García Egea, le dio algún susto. Pero el poder orgánico fue el pasaporte a la candidatura. En su entorno ponen en valor lo que Núñez hará el 28 de mayo: si consigue hacerse con la presidencia se abre un antes y un después. Castilla-La Mancha no es cualquier plaza y el valor simbólico sería enorme para el PP, además de que se convertiría ‘de facto’ en un barón relevante dentro de su formación. Incluso si no lo logra, repiten en su equipo, cosechará un éxito político “enorme”. La cuestión es que si no lo consigue y Page gobierna, se cuestiona su continuidad al frente del PP castellanomanchego.

Las dudas asoman en función de los resultados de dentro de dos semanas en más territorios. La cántabra María José Sáenz de Buruaga le dio las gracias públicamente a Feijóo hace unos días en un desayuno en Madrid: “Si no fuera por ti, yo no estaría aquí. Los dos lo sabemos”, dijo. El mensaje puso de relieve las heridas internas que en algunos casos todavía perduran tras la marcha de la anterior dirección. 

García Egea ejerció con mano de hierro en muchas comunidades. Cantabria fue una sin lugar a dudas. Los populares aseguran que el partido podría ser la fuerza más votada el 28-M, aunque no niegan la posible suma de Miguel Ángel Revilla con el PSOE. Si el PP no gobierna, admiten en el partido, también crecen las opciones de renovación en la candidatura.

Ocurre con otros candidatos fichados directamente para esta ocasión como el asturiano Diego Canga, funcionario de la Unión Europea desde hace casi 30 años, que permitió una solución de consenso el PP asturiano donde quedan muchos asuntos por resolver. 

En el lado de los activos con más futuro político más allá de lo que ocurra el 28-M, según dirigentes de la cúpula, está la extremeña María Guardiola. La candidata a la presidencia de Extremadura ganó enteros en la nueva dirección desde el primer día.

“A María sólo le han faltado unos meses para ganar de calle”, decía un dirigente conservador con amplia trayectoria, para escenificar que tiene mucho recorrido y que, de haber tenido más tiempo, el PP hubiera dado la victoria por segura. Será una de las comunidades donde más crezca el partido, aunque el Gobierno sigue siendo muy complicado por la fortaleza de Guillermo Fernández Vara. Aún así, en Génova nadie duda de su continuidad aunque no gobierne.

Caso similar al de Jorge Azcón, que dejó la alcaldía de Zaragoza para dar el salto a las autonómicas y medirse con Javier Lambán. Todas las encuestas sitúan al PP en cabeza y con bastante ventaja sobre el PSOE. Pero en Aragón la fragmentación de partidos es enorme y, por eso, reconocen en el PP que “es muy difícil” augurar la victoria. Lambán ya gobierna en la actualidad con otros tres partidos, y la nueva división del PAR dificulta aún más el escenario. A Jorge Azcón todos le fían mucho futuro más allá del 28-M.

Los barones que seguirán consolidados sí o sí serán Isabel Díaz Ayuso en Madrid y Fernando López Miras en Murcia, que afianzará su posición interna aún más. El caso de la madrileña es especial, por razones obvias, como también lo es Juanma Moreno, que no se examina en autonómicas, pero sí en locales. A la madrileña y al andaluz se les sigue viendo como los dos grandes aspirantes a suceder a Feijóo cuando llegue ese momento.

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