Los movimientos en el sector turístico volvieron a tomar impulso en España el pasado año tras un 2020 marcado por la pandemia, superando incluso los niveles precovid. El volumen de transacciones hoteleras alcanzó los 3.180 millones de euros, el triple que en 2020 y un 26,3% más que en 2019. Así, la evolución al alza que veníamos viendo desde 2015 ha vuelto a tomar color, consolidándose como un año récord para la inversión en este segmento, solo superado en 2017 y 2018, según la gestora inmobiliaria Colliers.
Según un informe de PwC, esta tendencia se mantendrá en 2022 por encima de los 2.500 millones, especialmente en cadenas hoteleras del segmento vacacional e islas y, con menor foco, en el de negocios. Esta opinión es compartida por Pere Casas, director de negocio turístico-hotelero de Banco Sabadell, quien afirma que, “aunque venimos de dos años muy duros con una gran cantidad de establecimientos cerrados”, en estos momentos “existe un nivel de reservas importante” y “se ha incrementado el apetito inversor tanto a nivel nacional como internacional”.
Los pequeños y medianos grupos serán los más propensos a protagonizar adquisiciones y fusiones para reducir costes y generar sinergias
Además, según otro informe de la gestora inmobiliaria, en 2022 se invertirán 2.850 millones en reformas y nuevas construcciones de hoteles. Esta cifra es “muy superior a la de otros años”, y recoge tanto la inversión originalmente prevista hasta diciembre como la acumulada por la finalización de los proyectos paralizados durante los dos últimos ejercicios.
La recuperación del turismo MICE (reuniones, incentivos, conferencias y eventos), el fin de los ERTE (expedientes de regulación de empleo), la reincorporación de los profesionales turísticos, la vuelta de las agendas de ocio y cultura a las ciudades y el turismo religioso son los motivos centrales de esta recuperación, según señala la escuela de negocios del sector turístico, Cesae, que afirma, además, que serán los grupos de tamaño mediano y pequeño quienes más propensos se muestren a protagonizar operaciones de fusiones y adquisiciones con el fin de reducir costes y generar sinergias, no solo en el segmento hotelero, también entre agencias de viajes y aerolíneas. ¿El objetivo? “Ganar fortaleza y posicionarse en un contexto de profunda reformulación del sector”, según esta misma fuente.
Ayudas para el sector y financiación
Precisamente, el próximo mes de marzo saldrá a la luz la segunda convocatoria de los fondos Next Generation para el turismo dotada con 720 millones de euros. El ejecutivo prevé además para este año el lanzamiento de un Plan Nacional de Turismo Gastronómico, con una partida de 65 millones. Estas ayudas se enmarcan dentro del Plan de Modernización y Competitividad del sector turístico, que cuenta con un total 3.400 millones para la modernización de las empresas, el reposicionamiento de destinos y la mejora del producto. Una cifra que, según las propias estimaciones del Gobierno, tendrá un impacto total de 6.732 millones de euros en el PIB.
En cualquier caso, con este telón de fondo, las inversiones “requerirán de financiación externa” para diseñar un vehículo adecuado, ya sea para abordar operaciones de compraventa de establecimientos o para construir nuevos hoteles o reformas, afirma Pere Casas. Unas obras en las que la sostenibilidad estará cada vez más presente, según el banco: “El Instituto para la Calidad Turística Española ha lanzado recientemente la marca ‘S’, que permitirá la certificación del cumplimiento de ciertos requisitos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En esta línea seguiremos ofreciendo financiación sostenible que posibilite al sector avanzar en estos retos”.
La hoja de ruta de la entidad para configurar una operación adaptada a cada caso, según explica, se apoya en tres ejes: asesoramiento experto, oferta a la carta —no solo en financiación, sino también en medios de pago o solvencia crediticia—, y agilidad. Este “acompañamiento” trata de apoyar la solvencia del tejido empresarial tanto en carencias o moratorias, como en operaciones de inyección de deuda a través de líneas de crédito ICO o del banco. “Es evidente que el apetito inversor está ahí, y seguiremos financiando operaciones, tanto de los inversores como de las cadenas hoteleras, que aprovecharán oportunidades que hasta ahora eran impensables, y que por selección natural se van a dar”, concluye Casas.
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