Reunión clave del Banco Central Europeo (BCE) ante el golpe a las expectativas de crecimiento e inflación que provoca la guerra de Ucrania y el repunte histórico de los precios de la energía. La institución que preside Christine Lagarde ha mantenido la hoja de ruta a la que apuntó en su última reunión, adelantando el fin de las compras de activos. Asimismo, deja la puerta abierta a que se inicien las subidas de tipos ya en 2022. La
El BCE ha tenido que actualizar sus previsiones en las últimas semanas con el impacto de la guerra rusa, labor “muy difícil”, como reconoció Lagarde hace dos semanas. Las proyecciones que presenta este jueves la institución, probablemente, serán papel mojado en semanas en función de la evolución de la guerra, de la inflación, de la respuesta de los gobiernos y de la reacción de los agentes.
El banco central había endurecido su discurso antes de la invasión rusa, para acelerar la normalización de tipos de interés. En diciembre anunció el fin del PEPP en marzo, con 1,85 billones desplegados como máximo, y compras adicionales hasta octubre, cuando volvería al nivel previo al covid de engordar su balance en 20.000 millones mensuales.
Sin embargo, en la última reunión, Lagarde apuntó a un endurecimiento monetario. El mercado entonces movió sus expectativas a que las compras finalicen a lo largo del verano y haya las primeras subidas de tipos en una década, en el tipo de facilidad de depósito, que ahora está en el -0,5% y penaliza la liquidez de la banca. Es el tipo más ligado con el euríbor. El futuro a diciembre descontaba dos subidas en 2022 como mínimo, que pasó a ser una como máximo con la invasión rusa, y en los últimos días las expectativas habían vuelto a aumentar.
(AMPLIANDO)
source El BCE adelanta el fin de los estímulos pese a la incertidumbre por la guerra en Ucrania