Endesa reorganiza su estrategia inversora para los próximos años, con una ralentización del esfuerzo destinado a seguir creciendo en renovables y acelerando al máximo las inversiones en modernizar y ampliar sus redes, en un momento clave porque Gobierno y Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) preparan un cambio en la regulación de los pagos a las energéticas por sus redes tanto de electricidad como de gas.
El grupo italiano Enel, que controla Endesa con una participación del 70%, ha desvelado este lunes la actualización de su plan estratégico entre 2025 y 2027, con el que adelanta alguna de las claves de la hoja de ruta de su filial española. Endesa presentará este martes su propia revisión de su plan estratégico para el próximo trienio con todos los detalles.
La nueva estrategia de Enel contempla inversiones brutas en España y Portugal -los mercados en que opera Endesa- de 7.700 millones en tres años en renovables y en redes (la matriz italiana no precisa la inversión de comercialización que acometerá su filial ibérica). Pero cambiando el orden de prioridad en el esfuerzo inversor de la anterior versión del plan estratégico anunciada el año pasado.
Ralentización en renovables
La nueva hoja de ruta contempla inversiones por unos 3.700 millones de euros para desplegar nuevas plantas de energías renovables (un 14% menos en relación a los 4.300 millones del plan previo para el trienio 2024-2026), mientras que se disparan un 43% las inversiones en redes eléctricas y de gas con un ‘macroplán’ de 4.000 millones, frente a los 2.800 millones contemplados en la anterior versión del plan estratégico.
Endesa ha emprendido una política de búsqueda de socios y alianzas para sus proyectos renovables para compartir inversiones y poder acelerar el despliegue y producción de energías limpias. La eléctrica cerró el pasado julio un acuerdo con Masdar, uno de los gigantes energéticos controlado por Abu Dabi, para venderle el 49,99% de toda su cartera de plantas fotovoltaicas por 817 millones de euros. Endesa, por el contrario, anunció la pasada semana su mayor operación en décadas para crecer en renovables con la compra a Acciona de 34 centrales hidroeléctricas por 1.000 millones.
Una estrategia que implica una reorganización de las apuestas por las diferentes tecnologías de renovables, con un esfuerzo mayor en hidroeléctrica y eólica, en las que se concentraría fundamentalmente la expansión; con una contención en el despliegue de fotovoltaicas; y manteniendo los objetivos en almacenamiento con baterías.
Presión por las redes
El nuevo plan contempla para Endesa un fortísimo esfuerzo inversor en modernizar y ampliar las redes con unos inversiones de 4.000 millones de euros, frente a los 2.800 millones comprometidos el año pasado. Un ‘macroplán’ con el que Endesa mete presión a Gobierno y CNMC en plena negociación del nuevo marco retributivo para las redes eléctricas (a partir de 2026) y de gas (a partir de 2027).
La expansión y modernización de las redes eléctricas se han convertido en imprescindibles para hacer posible la transición energética integrando las nuevas renovables y para impulsar la electrificación del consumo. Harán falta más y mejores redes eléctricas. Harán falta inversiones millonarias en los próximos años para desplegarlas. Y las compañías encargadas de construirlas y gestionarlas están ahora en un tira y afloja con el Gobierno (para poder aumentar esas inversiones levantando los topes legales vigentes) y con la CNMC (para elevar lo que cobran por sus redes).
El negocio de las redes de distribución (en manos fundamentalmente de las grandes eléctricas, aunque hay 300 compañías operativas en el sector) y de transporte (controlado por Red Eléctrica de España) se trata de una actividad regulada, en la que las compañías ejecutan las inversiones en sus infraestructuras con un tope fijado por ley y por las que se les retribuye fundamentalmente a través de los peajes de acceso que se cargan en la factura eléctrica de todos los clientes.
La CNMC tiene en marcha el proceso para actualizar el cálculo de la retribución financiera que perciben las compañías de distribución y de transporte, que debe revisarse en 2026 para el siguiente periodo regulatorio de seis años. Actualmente esa retribución financiera está diseñada para garantizar una rentabilidad del 5,58% a las compañías. La CNMC ultima la consulta pública en la que desvelará su propuesta formal con los nuevos cálculos. La apertura del proceso de participación pública está prevista para antes de fin de año. Así que las grandes eléctricas presionan ahroa ‘in extremis’ para mejorar las condiciones de la propuesta del organismo dirigido por Cani Fernández antes de que la haga pública.
Desde el sector eléctrico se espera (se teme) que la CNMC ofrezca elevar la retribución sólo hasta el entorno del 6,5%. Las grandes eléctricas que controlan el negocio de la distribución, entre las que destacan Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP, reclaman igualar las condiciones retributivas de sus redes con las que se reconocen en otros países europeos, lo que supondría elevarlas por encima del 7% de rentabilidad e incluso superar el 8% durante el próximo sexenio.
El plan integral de Enel
El nuevo plan estratégico global de Enel prevé unas inversiones brutas de 43.000 millones de euros para el periodo 2025-2027, con un aumento del 20% con respecto a los casi 36.000 millones de su plan anterior 2024-2026. De este importe, cerca de 26.000 millones de euros se destinarán a redes, con un incremento del 40% respecto al plan anterior.
La eléctrica italiana dedicará al negocio de renovables unos 12.000 millones de euros, con el objetivo de añadir alrededor de 12 gigavatios (GW) de capacidad ‘verde’, con una combinación tecnológica mejorada que prevé más del 70% de energía eólica terrestre, así como hidroeléctrica y baterías. El objetivo de la compañía es alcanzar una capacidad total de unos 76 GW y un aumento de más del 15% en la producción en 2027. El área de comercialización y lientes contará con unas inversiones de unos 2.700 millones de euros, de los cuales cerca del 85% se destinará a países donde el grupo tiene una presencia integrada, ofreciendo una cartera de soluciones integradas con energía, productos y servicios.
Con esta nueva ‘hoja de ruta’, la mayor eléctrica italiana aspira en 2027 a un resultado bruto de operación (ebitda) ordinario de entre 24.100 y 24.500 millones de euros y un beneficio neto ordinario para el grupo de entre 7.100 y 7.500 millones de euros. La energética también pretende aumentar su dividendo mínimo para el periodo 2025-2027 hasta los 0,46 euros por acción, desde los 0,43 euros anteriores.
Enlace de origen : Endesa recorta sus inversiones en renovables y las dispara en redes con un ‘macroplán’ de 4.000 millones