La variante de Pajares será el próximo mes de noviembre, si nada se vuelve a torcer, el vigésimo noveno tramo de alta velocidad abierto al tráfico comercial en España de los cuarenta y tres programados, según las cuentas del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Porque los planes del Ministerio de Transporte indican que para 2024 y los años siguientes aún quedarán catorce tramos por inaugurar, incluido el que una León y La Robla, que desemboca en los túneles de la Variante y sin el cual la red hasta Asturias estará incompleta.
Han pasado 31 años y dos semanas desde que, el 21 de abril de 1992, comenzara la aventura de la alta velocidad en España, con el primer viaje comercial entre Madrid y Sevilla, una línea que requirió una inversión de 3.250 millones de euros y que con sus 476 kilómetros fue, en su día, el tramo más largo de Europa. Desde entonces se ha tejido en España una enorme red ferroviaria de alta velocidad. Suma en la actualidad 3.966,7 kilómetros, lo que la convierte en la más extensa de Europa y la segunda del mundo, solo por detrás de China. En España se han invertido hasta ahora más de 57.000 millones en líneas de alta velocidad y Adif, con los fondos europeos como palanca, planea gastar otros 23.500 millones en los próximos años, entre obras en ejecución y proyectos planificados.
Antes que a Asturias la alta velocidad llegó a nueve comunidades autónomas, bien como destino final, bien como parada intermedia: Andalucía y Castilla-La Mancha (1992), Castilla y León, Aragón y Cataluña (2003), Comunidad Valenciana (2010), Galicia (2011), Murcia (2021) y Extremadura (2022). Permanecen sin servicio de alta velocidad, y contarán con él más tarde que Asturias, cuatro territorios: Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja.
En la “carrera” de la alta velocidad, tras Madrid-Sevilla ocuparon el “podio” los tramos Madrid-Lérida y Zaragoza-Huesca, ambos inaugurados en 2003. Completaron el “top ten”, Madrid-Toledo abierto en 2005; Córdoba-Antequera y Lérida-Tarragona en 2006; Madrid-Valladolid y Antequera–Málaga en 2007; Tarragona–Barcelona en 2008, y Madrid–Valencia en 2010.
Asturias perdió el “sprint final” con cuatro tramos cuyas obras de construcción marcharon durante un tiempo a la par que las de la Variante, pero que acabaron inaugurándose el año pasado: el túnel Chamartín-Atocha, Plasencia-Badajoz (primera fase), Venta de Baños-Burgos y Beniel-Murcia. Pero también hay tramos más rezagados que el de la variante de Pajares. Para empezar, León-La Robla, al que aún le queda, al menos, un año de obras y que, en consecuencia, no podrá ser catalogado como de alta velocidad de momento. De tal manera que el AVE tendrá que llegar a Asturias avanzando tanto por tramos de alta velocidad como convencionales.
¿En qué situación están en la actualidad las obras de León-La Robla? La última respuesta de Adif a esta pregunta fue que el principal contrato –la segunda fase de la renovación de vía y actuaciones asociadas, con un presupuesto estimado de 21 millones– se encuentra “en la última fase de redacción”. Asimismo, se trabaja en otro contrato para mejorar las barreras de seguridad de los pasos superiores de la línea, cuyo proyecto está “en elaboración”. El presupuesto se definirá “durante el proceso de redacción”, ha señalado Adif.
Además de León-La Robla están en obras otros seis tramos: el Tarragona-Vandellós y el Castellón–Vandellós (ambos para cambio a ancho europeo), Vitoria-Bilbao-Irún (“Y” vasca), Murcia-Almería, Palencia-Santander y Plasencia-Badajoz (segunda fase). Pero hay también otros siete en proyecto o estudio: Toledo-Plasencia, Burgos-Vitoria, Zaragoza-Pamplona, Almería-Granada, Orense–Vigo por Cerdedo, Orense-Lugo y Pamplona-Logroño. La intención del Gobierno de Pedro Sánchez es no iniciar más proyectos de alta velocidad.
Enlace de origen : Estas son las cuatro autonomías que todavía no han visto llegar el AVE