Freno a la construcción tras la pandemia: 51 licencias de obra durante el primer semestre

La pandemia sanitaria desatada en marzo de 2020 tuvo un impacto económico que perduró hasta dos años después, cuando quedaron eliminadas todas las restricciones de movilidad. La construcción no fue ajena a esta crisis, por eso durante el primer semestre de 2020 y 2021, las licencias municipales para obras registraron cifras modestas, de 32 y 44 permisos, respectivamente. Fue, como decíamos, en 2022 cuando el sector volvió a coger ritmo, y se alcanzaron las 70 autorizaciones de obra entre enero y junio, según los datos que maneja el IGE, desde enero de 2020.

Pero la carestía de los materiales y la subida de los tipos de interés de las hipotecas variables, unidos a la caída demográfica, parecen estar detrás de una leve caída de las licencias de obra entre enero y junio de este año, pues fueron 51, justo 19 menos que en el primer semestre de 2022. Pero sí hay un patrón obvio que se repite no solo desde 2020, sino desde hace décadas: las dos cabeceras comarcales aglutinan los permisos de obra, ya sea para derribo, restauración o rehabilitación. Durante el primer semestre de este año, de esas 51 licencias mencionadas, 20 se otorgaron desde el Concello de Lalín. En el primer semestre de 2022, había dado luz verde a 19. Por detrás de Lalín se coloca A Estrada, con 14 permisos, menos de la mitad de los 30 que autorizó el año pasado. Es, sin duda, la caída más notable. Aún así, los dos municipios concentran la actividad constructiva de la zona, pues sus 34 licencias, sobre ese global de 51, suponen que expiden 6 de cada 10 permisos.

Enero y marzo son los mejores meses

Los siete concellos restantes ya se colocan por debajo de la decena de licencias de obra, y lo hacen de forma muy dispar. Entre enero y junio, el Concello de Silleda tramitó 6 permisos, los mismos que Cerdedo-Cotobade. El año pasado, las cifras eran de 5 licencias en Trasdeza y de 7 en el municipio fusionado. Por su parte, tanto en Dozón como en Rodeiro se autorizaron dos permisos municipales de obra, mientras que en 2022 habían sido 3, también en ambos. Vila de Cruces aportó solo una licencia, igual que el año pasado, mientras que tanto Agolada como Forcarei muestran su parón constructivo con ningún permiso en la primera mitad del año. Al municipio agoladés ya le ocurrió lo mismo en el primer semestre de 2022, mientras que Forcarei, en ese mismo período, tramitó una licencia.

A modo de curiosidad, la concesión de licencias de obra varía según qué mes. De las 51 globales, 13 se concedieron en enero y 12 en marzo. La cifra ya cae a 9 tanto para en febrero como en mayo, mientras que en abril los concellos otorgaron cinco permisos de obra. Peor fue junio, con solo 3. Si tomamos los datos de 2022, ocurre algo parecido: enero y marzo son también los mejores, con 19 y 12 casos. También junio tuvo 12. Abril, febrero y mayo fueron los más flojos, con 9 cada uno.

Pontevedra, la provincia más cara en vivienda libre

Pontevedra cerró el primer semestre del año con un precio de la vivienda libre a 1.380 euros por metro cuadrado, por encima de los 1.360 que costaba en junio del año pasado. Pero además, esa cifra rebasa los 1.344 euros por metro cuadrado que vale un hogar en A Coruña, y se aleja tanto de los 962 que marca en Ourense como de los 928 de Lugo. El IGE no dispone de datos provinciales sobre el precio de la vivienda libre hasta dos años de antigüedad, pero sí de la que tiene hasta cinco. En el caso de Pontevedra, un hogar cuesta 1.643 euros/m2, más de 100 euros por encima de los 1.527 que se tasaban en 2022. Y también en este apartado supera las cifras de las otras tres provincias: en A Coruña se tasa en 1.571 euros por metro, en Ourense en 1.175 y en Lugo, en 1.121. También tenemos que decir que en estas tres provincias ha subido el precio en relación a 2022, igual que ocurre en Pontevedra.

Si hablamos de vivienda protegida, ya no lidera Pontevedra, a 1.094 euros el metro cuadrado, sino A Coruña, con 1.139. Las tasaciones de las otras dos provincias son bastante más modestas: una vivienda protegida en Ourense cuesta 982 euros por metro cuadrado, y en Lugo sube hasta los 1.001. Los precios también se han encarecido desde 2022.

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