Como ya sabrás, en España el carnet de conducir más solicitado es el permiso B, que autoriza a conducir automóviles cuya masa máxima autorizada no exceda los 3.500 kg y que no tengan más de 9 plazas contando con el conductor. Muchas personas se sacan el carnet a la primera, pero lo más normal es suspender al menos una vez el examen práctico.

Debido a ello, muchos futuros conductores españoles se preguntan si existe un número mínimo obligatorio de clases de conducir para poder sacarse el carnet o si todo varía en función de cómo se te dé la conducción. Te lo contamos a continuación.

El carnet de conducir por puntos entró en vigor en nuestro país en el año 2006, con la intención de reducir el índice de mortalidad en las carreteras así como de concienciar sobre el peligro que puede suponer conducir un vehículo por la carretera, independientemente del tipo que sea.

Si eres de los que se toma las cosas con calma y recientemente has aprobado el examen teórico, no debes dejar pasar tu oportunidad de aprobar el examen práctico cuanto antes. El periodo de vigencia del teórico de coche o moto es de dos años, tiempo tras el cual podría caducarte.

¿Y qué es lo que pasaría? Pues básicamente, que tendrías que hacer de nuevo el examen teórico, pagando también de nuevo las tasas correspondientes. Por tanto, antes de que pasen esos dos años deberás haber aprobado el examen práctico si no quieres enfrentarte a todo el proceso de nuevo.

A pesar de lo que muchos dicen, no existe un número mínimo obligatorio de clases de conducir, sino que todo depende de cómo de hábil seas al volante y de la evaluación de tu profesor de la autoescuela. Lo normal -y recomendable- es dar entre 20 y 30 clases de conducir, pero hay muchas personas que necesitan más (no por ello debes frustrarte) al igual que hay otras que necesitan menos.

Por otro lado, cabe recordar que no está permitido realizar prácticas por tu cuenta en espacios públicos, a diferencia de lo que muchos piensan. Y es que no sólo es motivo de multa sino que puede llegar a ser peligroso para el resto de conductores que hay en la vía pública. La sanción a la que te enfrentas en este caso es de 3.000 euros, por lo que deberías pensártelo dos veces.