Si eres un líder conservador y el sensacionalista ‘Bild’ te dice que estás viviendo en una realidad paralela y te tambaleas como un soldado herido, preocúpate. “La Unión ha perdido más de ocho puntos y todavía cree que tiene un mandato gubernamental”, afirmaba este lunes el vicepresidente del periódico más leído de Alemania, Paul Ronzheimer. “¿Por qué nadie dice: ‘Hola, Armin… ¡despierta!’?”.

Pero Armin parece que no quiere despertar: 24 horas después de las elecciones de este domingo, Armin Laschet sigue insistiendo en que puede formar Gobierno, pese a quedar segundo y conseguir un 24% de los votos, el peor resultado de la historia del partido conservador. Es una catástrofe para la CDU/CSU, que llevaba 16 años en el poder. Olaf Scholz, líder socialdemócrata y ganador con un 25,7% de los votos, ha afirmado que la CDU “debería ir a la oposición” porque hay un mandato “muy claro” para que los liberales, los verdes y el SPD formen Gobierno a través de la llamada coalición semáforo.

Y en la propia CDU, donde aún están contando las bajas, unos pocos ya están alzando la voz contra su líder. Y no solo critican que Laschet apueste por tratar de formar Gobierno pese a la derrota, sino que quieren también que ruede su cabeza.

“Ojalá este tuit no fuera necesario”, escribía en la red social Ellen Demuth, la líder adjunta del grupo parlamentario de la CDU en el Parlamento estatal de Renania-Palatinado. “Lamentablemente solo tengo que decir: @arminLaschet, hemos perdido, compréndalo. Evite dañar más a la CDU y dé un paso atrás”.

“Hay que hacer un análisis honesto”

Ella no ha sido la única que ha criticado la postura de Laschet. El primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, ha criticado el movimiento poselectoral de su partido y aseguró este lunes que no entendía cómo el sucesor de Angela Merkel podía hablar de un “mandato” de gobierno para formar la coalición Jamaica, junto a los verdes y a los liberales. Sobre todo teniendo en cuenta el batacazo en el este del país, donde han quedado terceros, por detrás de SPD y AfD.

Una encuesta de Forsa este lunes dejaba claro que la mitad de los alemanes prefiere la coalición semáforo frente a apenas un 22% que apuesta por la Jamaica. Tan solo un 13% querría una reedición de la gran coalición. Una reciente encuesta mostraba que el 63% de los alemanes consideraba que la CDU/CSU debía pasar a la oposición, frente a un 27% que creía que tenía que tratar de formar Gobierno.

Todavía ha habido declaraciones más contundentes contra Laschet. La Unión de Jóvenes de Sajonia también se posicionó en contra de que siguiera al frente de la CDU. “Necesitamos un nuevo comienzo”, afirmó el presidente, Marcus Mündlein, en Dresde. “Esto solo puede tener éxito si nuestro presidente federal, Armin Laschet, saca conclusiones de esta pérdida de confianza y renuncia”.

Christean Wagner, exministro de Justicia de Hesse, ha asegurado que el líder de los democristianos debería asumir responsabilidades. “Necesitamos un nuevo comienzo, tanto en términos de personas como de contenido”, dijo en el periódico ‘Heilbronner Demokratie’. Sin embargo, Wagner cree que aun así la CDU/CSU tiene legitimidad para buscar una coalición Jamaica.

Otros, mientras tanto, esperan a ver cómo se desarrollan los acontecimientos de los próximos días. El todopoderoso Markus Söder, ministro presidente de Baviera de la CSU, ha reconocido que las elecciones muestran un cambio en Alemania.

“Hay que hacer un análisis honesto”, ha dicho Söder, porque es una derrota “que no se puede pasar por alto”. Pero el líder de la CSU no ha contradicho a Laschet, pese a que durante la campaña afirmó que si la Unión quedaba segunda no trataría de formar Gobierno. Ahora, sin embargo, ve con buenos ojos la coalición Jamaica.

La historia ha demostrado que Alemania es el país de las coaliciones más inverosímiles, pero a cada hora que pasa parece más difícil que la CDU/CSU siga al frente de la cancillería.

De momento, Angela Merkel se queda en la cancillería hasta que un partido consiga más diputados a favor que en contra. Tanto la CDU como el SPD han puesto como plazo hasta diciembre, pero las negociaciones con los partidos minoritarios y decisivos como FDP y Verdes no será sencilla. Sus propios candidatos ya han reconocido que hablarán entre ellos antes de decidir qué coalición forman. Y es probable que sus exigencias no sean pocas, por lo que las negociaciones podrían extenderse hasta 2022. Y Merkel, que quería marcharse ya de la cancillería, superaría el récord de 16 años de Helmut Kohl al frente de Alemania.

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