La Eurocámara debate un plan para entregar otros 35.000 millones en ayuda a Ucrania y que los pague Rusia

Un nuevo paquete de ayuda financiera europea de enormes proporciones para sostener a Ucrania es el primer tema de entidad que se debate en la sesión plenaria que, en Estrasburgo, celebra esta semana el Parlamento Europeo. Esta vez se trata de 35.000 millones de euros.

Esa cantidad será la parte que corresponde a la Unión Europea del total de 45.000 millones que, el pasado verano, comprometió en favor del país invadido por Rusia la cumbre del G7. El plan es que sea la propia Rusia, a través de sus activos congelados, quien termine pagando la ayuda.

Aunque la medida tiene todos los visos de salir adelante en la votación de este mismo martes, se han ido volviendo paulatinamente más delicados los temas referidos a la situación de Ucrania, a la guerra, y a lo que el alto representante para la politica exterior y de Seguridad, Josep Borrell, llama “momento Churchill”, o sea, el plante de Europa ante la política agresiva del Kremlin.

En medio de una creciente oposición de la ultraderecha y la ultraizquierda a ayudar a Ucrania, estos temas en la agenda sirven para tomar la medida de las grietas promovidas entre una facción, si no putinista, sí apaciguadora en el Este.

Coincide en la agenda europarlamentaria de esta semana un debate posterior, este sin votación, sobre los supuestos crímenes de guerra cometidos por Rusia contra combatientes prisioneros ucranianos y periodistas corresponsales de guerra europeos. Y, además, se oirán en la cámara las posiciones de los grupos acerca de la impunidad de la flota petrolera rusa en su comercio de hidrocarburos con Europa.

Ya van 118.000 millones

La UE ya ha puesto a disposición de Ucrania, desde que comenzó la guerra, 118.000 millones de euros. Y vienen más disposiciones de efectivo: el pasado 14 de junio, los líderes del G7 habían reafirmado su determinación para continuar aportando an Ucrania ayuda militar, financiera, humanitaria y de recostrucción, y la Unión Europea no será ajena a ese impulso.

La ayuda, explica la propuesta, cuya defensa corresponde a la eurodiputada sueca, vicepresidenta de la Comisión de Comercio y miembro de la mesa Karin Karlsbro, responde a necesidades de Ucrania no solo de movilizar soldados, también de hacer frente a las necesidades del enorme movimiento de su población para huir de las zonas atacadas, y, entre otras necesidades muy primordiales, reconstruir antes de que el frío se adueñe del calendario -o sea, a la vuelta de la esquina- las infraestructuras energéticas que Rusia destruye dia sí dia tambíen con sus drones de diseño iraní y sus enormes bombas FAB del viejo arsenal soviético, para, a base de frío y oscuridad, menoscabar la moral de la población atacada..

La ayuda financiera, dice la medida que se discute este martes, “es vital para ayudar a ucrania a mantener las funciones estatales esenciales, asegurar la estabilidad macroeconómica y rehabilitar infraestructuras críticas”. Sin los paquetes de ayuda financiera, en defintiva, Ucrania habría perdido la guerra no en el frente de batalla, sino por estrangulación económica.

Cobrárselo a Rusia

A la postre, no saldrá un euro del bolsillo de los contribuyentes europeos para este paquete milmillonario de ayuda a Ucrania, sino de los oligarcas y las grandes corporaciones de la corte de Vladimir Putin. La propuesta pone una de sus bases en sufragar el préstamo con los beneficios que destilen los fondos aprehendidos a Rusia como castigo desde que arrancó su fase de invasión a gran escala de Ucrania.

Desde febrero de 2024, por efecto de las sanciones impuestas por la UE al poco del inicio de esta fase de la guerra de conquista, permanecen inmovilizados en todo el mundo cerca de 210.000 millones de euros en activos rusos, sobre los que pesa una prohibición de ser vendidos o cambiar su naturaleza o propiedad. Esa congelación de activos no han impedido que semejante cantidad de capital haya generado “una inesperada acumulación de cash en el balance de las autoridades despositarias -dice un memorandum de que sostiene la propuesta-. Dependiendo de los tipos de interés, se estiman unos réditos extraordinario de ente cuatro y cinco mil millones de euros al año.

Por la naturaleza legal de las sanciones, esta cantidad no tiene que ponerse a disposición del Banco Central de Rusia ni siquiera cuando acabe la inmovilización, y tampoco pueden convertirse en ganancias extraordinarias para los países cuyas entidades bancarias retienen esos activos. Su destino más adecuado, considera el informe que respalda la medida, es la ayuda a la Ucrania invadida.

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