La prohibición de la pesca de pulpo se hace efectiva hasta el 1 de julio

La Consellería do Mar confirmó hoy, a través del Diario Oficial de Galicia, el plan del pulpo (Octopus vulgaris) que ya se había desmenuzado en FARO en ocasiones anteriores, el cual establece que entre hoy y finales de junio «queda expresamente prohibida la captura, tenencia a bordo, transbordo, desembarco, almacenamiento, venta o comercialización del pulpo, por medio de cualquier arte, en aguas de competencia de Galicia».

Todo ello, hay que insistir, extensivo «a la pesca marítima de recreo y a las capturas logradas con cualquier otra arte distinta de la nasa para pulpo».

Se trata de una parada temporal de la actividad efectiva durante todo este mes, desde la medianoche de hoy hasta las 00.00 horas del 1 de mayo, y de una inmediata veda biológica, entre las 00.00 horas del 1 de mayo y las 05.00 horas del 1 de julio de 2025.

Como ya se había explicado, «las embarcaciones dedicadas a la captura de pulpo con nasas deben retirarlas de su calado y llevarlas a puerto».

Condiciones

Cuando en julio llegue el momento de largar nuevamente las nasas del pulpo, el sector deberá tener presente que el peso mínimo de captura será de un kilo por pieza, «independientemente de que sea entero o eviscerado a bordo».

En cualquier caso, «se admitirá un margen de tolerancia de 50 gramos de pérdida de peso, después de realizada y registrada la pesada en el momento del embarque», aclara Mar.

Todo ello de acuerdo con un plan diseñado en base a estudios científicos para mejorar los resultados económicos de las campañas pesqueras y «evitar que la caída de la producción de pulpo continúe en los próximos años».

Lo que se quiere es «evitar la sobrepesca de la especie y la saturación de los mercados en los inicios de campaña, mejorando la rentabilidad de la actividad pesquera».

De ahí que el parón de la actividad se amplíe un mes, teniendo presente al tomar esta decisión que «en Galicia el ciclo vital del pulpo es de aproximadamente dos años» y que «el principal período reproductivo» tiene lugar en primavera.

Esto es tanto como decir que «la época de reclutamiento –individuos de hasta 300 gramo de peso– se produce en la época primavera-verano del año siguiente», de forma que la flota que trabaja con nasa para pulpo «explota básicamente una única cohorte anual».

En Mar detallan que «desde 1992 en la pesquería del pulpo en Galicia se utilizó, en la mayoría de los años, la veda en los meses de mayo y junio, como una medida técnica para proteger la reproducción de la especie y contribuir a que la explotación fuera más sostenible».

Se hace para «ajustar la gestión pesquera al ciclo de vida de la especie», pues «se considera razonable que cada campaña de pesca comience después de la veda y finalice en el inicio del período de veda siguiente».

Este año se ha creído necesario «establecer medidas adicionales para la recuperación de esta especie», tales como la «la ampliación de la inactividad extractiva mediante la planificación de una parada temporal de la actividad en el mes de abril».

Se amplía así «la protección de las hembras reproductoras y la sostenibilidad del ciclo de puesta», al igual que se protege a los ejemplares juveniles de tamaño inferior a la talla mínima de captura, «con el fin de conseguir un aumento de las capturas en los meses posteriores al cierre de la pesquería y una recuperación significativa de la especie en las dos campañas siguientes».

Dicho esto, insistir, en que aunque seguirá vendiéndose producto autóctono congelado y, sobre todo, foráneo, el pulpo gallego se despide oficialmente del consumidor y regresará a los puertos, plazas de abastos y pescaderías junto a otra especie con un indiscutible tirón en verano, la nécora.

Se cierra así un ciclo que desde el pasado verano permitió subastar en las lonjas gallegas alrededor de 1.100 toneladas (11 millones de euros), frente a las casi 1.400 toneladas (13 millones de euros) del mismo periodo anterior, las más de 2.000 toneladas (18 millones de euros) correspondientes a la campaña 2022-2023 y las 1.780 toneladas (16 millones de euros) de la 2021-2022.

Si se toman como referencia los años naturales, y después de que en el presente ejercicio se subastaran en las «rulas» de la comunidad 323 toneladas, puede recordarse que en todo 2024 habían sido 1.183 toneladas, unas 735 toneladas menos que en 2023 y 1.100 toneladas por debajo de 2022.

Descensos significativos que explican la preocupación del sector y justifican los tres meses de parón que se avecinan, pensados para «ajustar la gestión pesquera al ciclo de vida de la especie y así proteger su reproducción y contribuir a su explotación sostenible», remarcan en Mar.

Ante esta prohibición, que obliga a dejar las nasas de pulpo en tierra y es aplicable a la pesca marítima de recreo y a las demás artes de pesca, bueno es incidir en la importancia de este cefalópodo en la comunidad, donde se han subastado casi 46.000 toneladas durante las dos últimas décadas, generando unos ingresos en primera venta cercanos a los 290 millones de euros.

El mejor año

El mejor año, que muchos ni recordarán, fue 2010, con el histórico registro de 4.205 toneladas de pulpo (16 millones d euros) en toda Galicia.

Tampoco habían sido malos 2011 y 2008, con 3.404 y 3.240 toneladas vendidas, respectivamente. Son, junto a 2016, los únicos años de las dos últimas décadas en los que se superó la barrera de las 3.000 toneladas legalmente vendidas.

Por encima de las 2.000 toneladas despachadas se quedaron 2007, 2012, 2013, 2014, 2017, 2019, y 2022, lo cual es tanto como decir que años como 2020, 2021, 2023 y 2024 se caracterizaron por la preocupante escasez de este recurso.

Lógicamente y como sucede con otras especies, con desigual incidencia en los diferentes puertos, pues las descargas varían mucho dependiendo de la ría de que se trate.

La de Vigo es la más importante para esta especie, con 9.156 toneladas subastadas desde el año 2005 (53 millones de euros), seguida de Arousa, que roza las 8.000 toneladas (56 millones de euros), Coruña-Ferrol, con 5.711 toneladas (34 millones de euros) y la ría de Pontevedra, que colocó en el mercado 5.362 toneladas en las dos últimas décadas, por valor de 36 millones de euros.

La más importante en ese periodo ha sido la lonja arousana de Ribeira, con 6.766 toneladas de pulpo (48 millones de euros), seguida de Vigo, con 5.897 toneladas (33 millones de euros), A Coruña (5.439 toneladas) y Bueu (3.860 toneladas (26 millones de euros).

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