La reordenación del territorio: Cuatro décadas intentando domar al barranco del poyo

El barranco de Poyo, de Chiva o de Massanassa, según en qué parte se viva de su cuenca, acumula cien riadas en dos siglos y medio. Pero solo tres décadas de intentos, baldíos, para ordenar el territorio que atraviesa e intentar domar la furia de la rambla que segó el mayor número de vidas de las 222 víctimas mortales del pasado 29 de octubre. Las mismas cuatro décadas de intentos de regulación y corrección de las inundaciones que acumula el barranco de la Saleta de Aldaia. Ambas son ramblas endorreicas, porque ninguna desemboca en el mar. La del Poyo vierte su caudal en el lago de l’Albufera. La de la Saleta atraviesa Aldaia y desemboca en una franja de huerta que separa Aldaia de Xirivella y su polígono industrial.

La zona aluvial de la Plana de València se ha construido a través de los siglos gracias a estas avenidas hasta ser la llanura aluvial que rodea l’Albufera de València, un lago ganado al mar y alimentado gracias a los sedimentos de barrancos que vierten sus aguas desde el interior de la provincia. Desde la Hoya de Buñol y el camp del Turia hasta l’Horta. Así durante siglos. Hasta que la urbanización masiva de las poblaciones de l’Horta en dos picos bien diferenciados, durante el franquismo y la burbuja inmobiliaria de los años 2000, comenzaron a crear problemas en las poblaciones de ribereñas a los barrancos y al río Túria en l’Horta Sud.

Primeros intentos

Es en este contexto en el que se aprueba el primer intento democrático de detectar y preservar las zonas inundables en los entornos del barranco del Poyo y la Saleta. Y se hace desde el extinto Consell Metropolità de l’Horta, la entidad creada en 1987 para coordinar los servicios públicos de 44 municipios del área metropolitana de València. Disuelto por decisión del Partido Popular en 1999 se liquidó oficialmente el 18 de mayo de 2001.

Se trataba de las «Normas de Coordinación del planeamiento de los municipios integrantes del Consell Metropolità de l’Horta», aprobadas por el Consell el 18 de julio de 1988 con planos elaborados por la Cátedra de Hidráulica de la Universitat Politècnica de València a partir de un vuelo fotogramétrico realizado en 1975. Como dato curioso, las normas no se publicarán en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) hasta 1993.

En 1997 la Conselleria de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes (Coput) de nuevo junto al departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València publicó la primera Cartografía Temática «Delimitación del riesgo de inundación a escala regional en la Comunitat Valenciana» que creó un «Mapa regional del riesgo de inundación» que era de «obligada consulta en la redacción de los planes urbanísticos y territoriales en el ámbito de la Comunitat Valenciana», según una orden de 8 de mayo de 1999.

En 1995 se aprobó un proyecto muy controvertido y contestado en la comarca de l’Horta por sus graves efectos en l’Albufera y la amenaza de aterramiento del lago, la joya medioambiental valenciana.

Sobre la cuenca del barranco del Poyo se aprobó el 24 de abril de 1995 un primer proyecto básico de «Restitución y adaptación de los cauces naturales de los barrancos Poyo, Torrent, Chiva y Pozalet» que logró la declaración de impacto ambiental por parte de la Conselleria de Medio Ambiente el 15 de marzo de 1996. Y que salió a información pública el 22 de noviembre de 1996. Un proyecto muy controvertido y contestado en la comarca de l’Horta por sus graves efectos en l’Albufera y la amenaza de aterramiento del lago, la joya medioambiental valenciana. De hecho, un escrito de la Comisión Europea frena este primer proyecto a partir de una denuncia por «posible aplicación incorrecta» de varias directivas de hábitats naturales, fauna y flora silvestres. La Conselleria de Medio Ambiente tuvo que dictar una nueva resolución ambiental con nuevos condicionantes sobre la declaración de impacto ambiental de 1996. Aunque el «cumplimiento de los nuevos condicionantes provocó la redacción de un nuevo proyecto».

A lo largo de 2001 la Confederación Hidrográfica del Júcar trabaja en un nuevo estudio, «circunscrito al barranco de Poyo comprendido entre l’Albufera y Paiporta» y las obras se llegan a incluir en un anexo del Plan Hidrológico Nacional de 2001. En el ámbito del barranco del Poyo sí se ejecutaron obras de adecuación de la rambla en Catarroja y Massanassa que permitieron doblar de 400 a 800 metros cúbicos (m3/s) por segundo la capacidad del barranco, que ahora se ha visto insuficiente. En esta época también se descartó la construcción de una presa en Cheste, por la oposición municipal.

La aprobación del Patricova

La Generalitat aprobó el 28 de enero de 2003 el Patricova (plan de acción territorial sobre prevención del riesgo de inundación de la Comunitat Valenciana) que derivó en dos nuevos estudios o proyectos. De una parte el «Estudio de soluciones para la defensa integral contra avenidas de la Rambla del Poyo» de 2004. y el proyecto de «Adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a l’Albufera» que comenzó a redactarse en abril de 2006 y que finalizó su tramitación ambiental con la declaración de impacto ambiental, favorable, del 16 de diciembre de 2011.

Un visto bueno ambiental que dío vía libre, de entre todas las alternativas, a las «actuaciones para un periodo de retorno de 100 a 500 años y sin transferencia de caudales entre los barrancos de Pozalet y Poyo» (un trasvase de caudales entre ambos barrancos que se llegó a valorar).

El último proyecto aprobado se subdivide en siete proyectos constructivos, previos al inicio de las obras, que la crisis económica de 2012 retrasó y dejó inservibles como también sucedió con los proyectos de obra de la red arterial ferroviaria de València

Este «Proyecto de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a l’Albufera de València» se subdivide en siete proyectos constructivos, previos al inicio de las obras, que la crisis económica de 2012 retrasó y dejó inservibles como también sucedió con los proyectos de obra de la red arterial ferroviaria de València (el túnel pasante para el AVE y las Cercanías y la estación central) y la nueva línea de alta velocidad entre València y Castelló. En todos se ha tenido que comenzar de cero debido a la caducidad (a los cinco años) de la declaración de impacto ambiental.

De los 7 proyectos constructivos, únicamente en dos se había retomado la tramitación desde 2020: el proyecto de acondicionamiento de la Saleta tramo Aldaia-nuevo cauce del Turia y el de la vía verde entre el barranco del Poyo y el nuevo cauce del Turia.

En el caso del barranco de la Saleta la actuación se dividía en una conducción cerrada de 3,5 kilómetros y 80 m3/s de capacidad a través del polígono de la zona norte de Aldaia. Y que desembocaba en una vía verde, diseñada por la Conselleria de Infraestructuras en 2006 que incluía, sorpresivamente, dos nuevos carriles de tráfico para coches adheridos a la conducción a cielo abierto, además de un carril bici, para derivar el agua de la Saleta al río Turia. Una «vía verde» que atravesaba la última franja de huerta que resta entre Aldaia y Xirivella y que desde la Conselleria de Política Territorial se pidió adaptar a la normativa de protección de la huerta. Pero no se informó en contra de la actuación, como se desliza de manera intencionada. El proyecto se retomó formalmente en 2020 y en 2023 seguía en tramitación.

Respecto a la vía verde del Poyo con el Túria también la CHJ también tuvo que desestimar el proyecto de 2006 e igualmente retomó la tramitación en 2020.

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