Cada día del año pasado, marcado entre otras cuestiones por una inflación que encareció la cesta de la compra a niveles inéditos desde la Transición, los gallegos perdieron casi 1,4 millones de euros en juegos de azar como la lotería, las tragaperras o el bingo, hasta sumar una factura en todo 2023 que superó los 500 millones, casi el doble que los 267 perdidos en 2022. Si se amplía el foco hasta 2017, esa cantidad alcanza los 2.890 millones
El balance realizado por la patronal del sector, Cejuego, muestra la implantación de una modalidad de apuestas que practican casi cuatro de cada diez gallegos, según el estudio de prevalencia de la Dirección General de Ordenación del Juego.
Los datos de juego real que ofrece la patronal en su análisis correspondiente al año pasado revelan las pérdidas de los gallegos, pues resta a las cantidades apostadas los premios pagados por los operadores. Los 500,5 millones correspondientes a 2023 son la cifra más alta desde los 541 de 2019. En total, las cantidades apostadas por la ciudadanía solo crecieron 47 millones, pasando de 1.388 en 2022 a 1.435, según Cejuego, cuyos datos muestran un incremento paulatino desde la crisis de 2020 motivada por la pandemia de COVID.
De hecho, los expertos alertan desde hace años del incremento de la publicidad sobre el juego y del descenso progresivo de la edad media de quienes sufren ludopatía, un trastorno que afecta a entre 25.000 y 25.000 gallegos, pues se estima que lo padece entre el 1% y el 2% de la población.
Del perfil de varones entrados en los 50 se ha pasado a quienes cabalgan entre la veintena y la treintena, enganchados a las apuestas deportivas y al juego online. Al mismo tiempo, los expertos destacan el problema entre los más jóvenes, donde las apuestas han ido ganando terreno, a pesar de las normativas que les impiden jugar, como la Lei do Xogo, que entró en vigor hace un año.
Aun así, alrededor de 24.000 adolescentes apuestan cada año —el 21,1% en modalidades presenciales y el 12% a través de la red—, con una edad media de inicio en los 14,6 años, de acuerdo con la encuesta a estudiantes de Secundaria (Estudes). Un estudio de la Universidade de Santiago dirigido por Antonio Rial Boubeta apuntaba en 2021 a los videojuegos como puerta de entrada al azar para los menores mediante la inclusión de micropagos en las partidas con las que mejorar su personajes. «Las apuestas online se triplican entre quien usa esos juegos», alertaba.
Estas advertencias parecen no haber cuajado entre la población en general a la vista de los 500 millones de euros perdidos el año pasado en Galicia, cifra que supone 10.930 millones a nivel estatal —594 más que en 2022—, de los que 9.663 corresponden al juego presencial tradicional y 1.267 al online.
Modalidades
El Gobierno intentó poner coto a la publicidad de los juegos de azar, prohibiendo la participación de personajes famosos en la promoción de las apuestas deportivas en 2020, si bien el Tribunal Supremo anuló preceptos como ese este mismo año.
Aun así, son las apuestas estatales las que mayor tajada obtienen de este negocio. En Galicia, esta modalidad supuso el 47% del juego real el año pasado, alcanzando los 235,4 millones, a caballo de citas tan emblemáticas como los sorteos de Navidad y El Niño. Les siguen en la lista, según los datos de Cejuego, las máquinas B, conocidas tradicionalmente como tragaperras, que copan el 23,6% con 117,9 millones. El tercer lugar lo ocupa la ONCE, en cuyos cupones y rascas perdieron los gallegos 64,1 millones (12,8%).
A distancia les siguen las máquinas en salones de juego (29,8 millones), apuestas deportivas (29,3) y bingos (15).
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Enlace de origen : Los gallegos perdieron 500 millones en juegos de azar: el doble en un año