Malvinas vuelve a la carga y presiona a Londres para negociar los aranceles

Las duras negociaciones entre Bruselas y Londres tras el Brexit estuvieron muy marcadas por la pesca. Pese a no ser lo más importante a nivel económico, sí tenían una relevante connotación política que en cierta medida atascó las conversaciones antes del pacto alcanzado en la Navidad de 2020. El «Acuerdo de cooperación y comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido» marcó un antes y un después para el sector, afectado principalmente a países como Irlanda y Francia. Sin embargo, entonces había sobre la mesa otro problema añadido que se encontraba muy lejos del continente, a unos 11.500 kilómetros de la ciudad de Vigo. Las Malvinas (Falkland Islands), territorio de ultramar de Reino Unido, no entraban en el acuerdo y, por lo tanto, todo producto enviado desde las islas llegaría a Europa con arancel. ¿Quién lo ha estado sufriendo todo este tiempo? La flota gallega que captura calamar allí. El Gobierno malvino reclamó desde el principio la suspensión de estos aranceles y ahora ha vuelto a la carga con el nuevo primer ministro, Keir Starmer, y el reinicio de las conversaciones con la UE. Los aranceles pueden ser «moneda de cambio» en estas nuevas negociaciones.

La industria pesquera es el motor económico del archipiélago. Según las cuentas de 2023 publicadas recientemente, la pesca supuso el 58,6% de los 280,4 millones de libras del PIB (producto interior bruto) isleño (336 millones de euros al cambio actual). Con estas cifras, el Gobierno local insiste en levantar unos aranceles que son una losa para una población de poco más de 3.600 personas.

Varios medios británicos han reflejado que las Malvinas están ahora sobre la mesa de Starmer por la presión que llega desde el Atlántico Sudoriental. Politico, por ejemplo, recoge este mes declaraciones de la responsable del departamento pesquero del archipiélago, Teslyn Barkman, en las que recsaltó la alta dependencia de la pesca. «Somos una comunidad que depende en gran medida de ese sector, por lo que incluso una pequeña pérdida de ingresos es bastante significativa para nuestro pueblo», apuntó.

Para Barkman, un trueque que libere a las islas de los aranceles supondría una victoria para ambas partes, dado que el calamar Loligo que capturan los 16 arrastreros gallegos —en las joint venture con las firmas locales— entra por Vigo y se consume principalmente en Europa. «Simplemente no tiene sentido tal como están las cosas actualmente», añadió la legisladora al medio, al que también reveló que han recibido un «fuerte apoyo» por parte del nuevo secretario de Estado británico para Europa, América del Norte y Territorios de Ultramar, Stephen Doughty.

El propio Starmer indicó que la cuestión malvina es «personal» para él, ya que un tío suyo estuvo a punto de morir en la guerra con Argentina. En una intervención en el Parlamento el pasado mes en la que reafirmó su intención de defender la soberanía británica sobre Malvinas, el primer ministro indicó que va a «hacer todo lo posible para que sea más fácil para todas las empresas comerciar más libremente» en alusión a negociar con Bruselas el levantamiento de los aranceles. El melón se vuelve a abrir.

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