La candidata de Coalición de Centro Democrático (CCD) a la Alcaldía de Ourense, María del Mar Fernández Dibuja, está orgullosa de ser mujer y de su resiliencia. Empezó en política en 2019 como concejala de Seguridad Ciudadana y Comercio en el gobierno local de Jácome, pero, apenas un año después, fue uno de los 5 ediles “díscolos” del grupo del alcalde que lo denunciaron ante la Fiscalía por supuesta gestión ilegal de los fondos de su partido (DO) y empezó una “durísima etapa” de insultos, ya como edil del grupo de no adscritos. Su objetivo como candidata es otro Ourense, “libre de corrupción” y pensado para los mayores.
–¿
Cómo está respondiendo la gente en su primera campaña como candidata?
–Te escuchan pero hay hartazgo, pues mucha gente nos dice que DO pudo haber sido algo ejemplar y defraudó. Tratamos de llevar nuestro mensaje de forma directa. Lo único que nos preocupa es que se ve una normalización de la corrupción en la sociedad, pese a que nosotros no lo fuimos ni vendimos nuestro escaño.–
¿Me está diciendo que el votante normaliza la corrupción como algo connatural a la política?
–Hay una respuesta que se repite en la calle. Tú les dices, “mire, que este es un político corrupto” y nos responden “pues como roban todos, ahora que robe él”. Es muy triste.
–¿Fue duro romper años de amistad con Jácome y denunciarlo tras llegar al gobierno local?
–Yo nunca fui amiga personal del actual alcalde ni de su círculo. Solo nos unimos a un proyecto que iba a acabar con la corrupción y el caciquismo. Lo duro fue comprobar todo lo contrario –Haber tenido vinculación con el actual gobierno local, ¿puede pasarles factura ahora como candidatos?
–En absoluto. De hecho, lo que ahora sale en los audios es lo que denunciamos hace tres años y no se nos escuchó. Eso supuso estar estos tres años sin percepciones económicas, solo por decir la verdad. Pero lo duro no fue el tema económico, lo duro fueron los insultos constantes del alcalde. Hubo muchas lágrimas. Me llamó de todo. Yo nunca viví de la política y solo cobré como edil un año.
–¿Esta candidatura a alcaldesa es un pulso contra su anterior jefe de filas y aún alcalde?
–En absoluto. Para mí ese señor no significa nada, ni tiene valor alguno. Encabezar la lista de CCD no fue cosa mía. Este partido viene de las juventudes de Adolfo Suárez, lo más íntegro que vivimos en política en democracia. Ellos nos vinieron a buscar. De hecho, soy miembro del comité ejecutivo y decidieron que yo fuera cabeza de lista en Ourense. Tuve que pensarlo, pero me apunté a una siglas que nos dan libertad para el programa y que conllevan concordia, consenso e igualdad, un partido que fue capaz de unir en su día a un Iribarne y una Pasionaria. Esos son los valores.
–¿Qué propuestas defiende CCD y son los pilares de su programa?
–Hemos tenido libertad absoluta para hacer el programa. Trabajamos pensando en los mayores. A partir de ahí, se puede crear un modelo de ciudad del siglo XXI. No vamos a prometer puentes ni jardines, pues hay mucho que hacer como barrios abandonados; un rural que está en decadencia; un casco histórico destrozado; mujeres ninguneadas socialmente o servicios sin adjudicar. Nosotros conocemos y sabemos cómo hacer todo esto
–Le dirán que dónde están los jóvenes y niños en este programa.
–Muy fácil. Si uno tiene un programa de servicios para mayores, que es la población mayoritaria en la ciudad, eso genera puestos de trabajo de todo tipo, pues tras la jubilación un mayor tiene una vida plena y eso trae termalismo, turismo y comercio.
–¿Por qué cree que la eligieron candidata? –Tal vez porque me enfrenté al alcalde como nadie y porque CCD cree en la igualdad de la mujer en todos los ámbitos.
Enlace de origen : “Mi objetivo no es un pulso a Jácome, sino una apuesta contra la corrupción”