La voracidad del líder húngaro, Viktor Orbán, para crear divisiones en el bloque comunitario ya ha encontrado el siguiente desafío: la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad. Lejos de respaldar la posición del alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien ha afirmado que la orden debe ser “respetada y aplicada”, el primer ministro de Hungría anunció este viernes que invitará a su homólogo israelí a Budapest en “protesta” por la decisión de la CPI.
“No tenemos otra opción que desafiar esa decisión“, afirmó Orbán este viernes a la radio pública de su país. Para materializar ese desafío, invitará a Netanyahu a Hungría, donde “la orden de arrestro no tendrá efecto”.
El pronunciamiento de Orbán se produce cuando Hungría detenta aún la presidencia de turno del Consejo Europeo, que se inició en julio con otros dos desafíos: su visita a Moscú para reunirse con Vladímir Putin y su encuentro posterior con Donald Trump en Estados Unidos, a meses de los comicios en ese país. Orbán es el más poderoso aliado del presidente ruso en el bloque comunitario y representante del trumpismo europeo. Ha venido brindando, asimismo, un apoyo incondicional a Netanyahu.
Los intentos por aislarle políticamente en el conjunto europeo han fracasado. Su peso en la UE crece y ha sido el impulsor de un grupo en la Eurocámara entre formaciones ultraderechistas o ultranacionalistas, los llamados Patriotas para Europa. Forman parte del grupo 13 partidos europeos, con líderes como la francesa Marine Le Pen, el neerlandés Geert Wilders, el austríaco Herbert Kickl y el español Santiago Abascal, quien fue elegido presidente de la agrupación el pasado fin de semana.
Cuestionamientos políticos, jurídicos o prácticos a la implementación de la orden
Para Orbán, la decisión de La Haya es “descarada y política”, que lleva al “descrédito del derecho internacional”. Teóricamente, la orden de arresto es vinculante para los 124 estados suscriptores de la corte, entre los que no se cuenta Estados Unidos, por ejemplo. Hungría suscribió el Estatuto de Roma base sobre la que se creó la CPI, y lo ratificó dos años más tarde. Sin embargo, Budapest sostiene que no está obligado a aplicar las decisiones de La Haya.
La decisión de la CPI ha sido criticada por otros países europeos, como Austria. El ministro de Exteriores de este país, el conservador Alexander Schallenberg, considera que la orden atenta contra la credibilidad del CPI. En Austria están negociando la formación del nuevo gobierno los conservadores del canciller Karl Nehammer, junto con socialdemócratas y liberales. Esta constelación dejaría fuera a los ultraderechistas de Kickl, primera fuerza en las elecciones generales celebradas el pasado octubre.
Alemania, país que practica el compromiso incondicional hacia Israel por su responsabilidad histórica tras el Holocausto nazi, garantizó el pasado mayo que, de emitirse esa orden, iba a cumplirse a rajatabla si Netanyahu visitaba el país. En un comunicado emitido este viernes, el portavoz del Gobierno de Olaf Scholz, Steffen Hebestreit, insistió en el apoyo total de Alemania a la CPI. Pero además de las “razones históricas” para su apoyo a la Corte, menciona el portavoz la “responsabilidad” hacia Israel. Y deja en el aire la implementación. “Estudiaremos las medidas a adoptar, en el caso de que se produzca una estancia del primer ministro o el exministro de Defensa a Alemania”. Por lo pronto, no se vislumbra que ello vaya a ocurrir, señaló el portavoz, en una comparecencia ante los medios, ante el alud de preguntas generado por su ambiguo comunicado.
Enlace de origen : Orbán invita a Netanyahu y le garantiza que no aplicará la orden de detención de la CPI