Por pocas semanas, la Constitución del Congreso no coincidirá con el arranque del curso escolar, pero el 17 de agosto en la Cámara baja habrá algo de espíritu estudiantil. Será día de reencuentros tras las vacaciones y, entre saludos y risas, los 350 diputados entrarán al hemiciclo para ocupar el escaño que les de la gana. Habrá parlamentarios de Vox en las habituales bancadas del PSOE, políticos de uno y otro signo que no cruzan palabra se sentarán juntos y aquellos que suelen estar relegados a la última fila podrán disfrutar de lo que es estar en primera línea política. Ese día elegirán a la Mesa de la Cámara baja y el primer trabajo de este órgano será, como si de un profesor se tratara, adjudicar su asiento a cada diputado. Después, vendrá el resto de la legislatura.
La Mesa del Congreso es ese órgano del que muchas veces se habla, pero del que los ciudadanos apenas saben, pese a la gran influencia que tiene en el día a día de la política. Lo primero que hay que saber es que está formado por un presidente, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías. La próxima semana, cuando se dispute la batalla por tener el control de la Mesa -esto requiere ocupar cinco de los nueve puestos-, quedará definida una mayoría que tendrá en su mano las siguientes competencias:
Las fechas clave
Gozar de una mayoría en la Mesa supone, siempre, tener la presidencia de la misma. Este es el puesto de mayor importancia ya que, además de ser la tercera autoridad del estado, tiene la potestad para elegir la fecha de investidura o la de una posible moción de censura. También puede convocar plenos extraordinarios fuera del periodo de sesiones para acelerar la tramitación de alguna ley.
La función policial
La presidencia del Congreso es la encargada de velar por el orden dentro de la Cámara baja. Esta potestad le permite controlar los debates, otorgando y quitando los turnos de palabra e, incluso, expulsando del hemiciclo a aquellos diputados que sean apercibidos en más de tres ocasiones. Además, según establece la Constitución, en su artículo 72.3, tiene las “facultades de policía” en todo el recinto y puede poner a disposición judicial a todo aquel que perturbe el orden.
El ritmo legislativo
Ya hablando sobre las competencias concretas del conjunto de la Mesa, la más relevante es su capacidad para influir en los ritmos legislativos. Este órgano es el encargado de prorrogar los periodos para presentar enmiendas a los proyectos y proposiciones de ley. Es decir, tiene la capacidad para dejar olvidada en un cajón cualquier iniciativa. Así, no es raro ver cómo se amplía el periodo de enmiendas de una norma durante años, paralizando su tramitación.
También tiene la potestad de poner en marcha cualquier comisión de investigación que se haya aprobado en el pleno del Congreso, por lo que puede mantenerla en reposo hasta que a la mayoría de la Mesa le interese que eche a andar.
Decidir qué se debate
La Mesa del Congreso también ordena los debates de cada una de las sesiones, decidiendo qué se ve en cada uno de los plenos. Pero, antes de este punto, todas las iniciativas han pasado por sus manos y es ahí cuando se decide si son admisible o no. Aunque la gran mayoría pasa este filtro, en esta legislatura se ha comprobado en varias ocasiones como este órgano ha decidido no admitir varias propuestas para crear una comisión de investigación sobre las finanzas de Juan Carlos I, alegando que no es competencia de la Cámara baja.
El presupuesto del Congreso
Otra de las responsabilidades es aprobar el presupuesto del Congreso de los Diputados y controlar su ejecución. En varias ocasiones se ha levantado polémica porque es la Mesa la que decide si se sube el sueldo de los diputados, ya que depende de ellos.
Enlace de origen : ¿Qué es la Mesa del Congreso y por qué es importante?