Castilla-La Mancha es una comunidad extraña. Más de derechas que de izquierdas, el PP suele ganar aquí las elecciones generales, pero no las autonómicas. Solo ha habido una presidenta conservadora, María Dolores de Cospedal. Todos los demás, socialistas. El actual, Emiliano García-Page, se presenta para alcanzar un tercer mandato, tras una legislatura en la que ha gozado de mayoría absoluta. En parte por convicción y en parte por las tendencias ideológicas de su territorio, Page es el barón del PSOE más alejado de Pedro Sánchez. Más incluso que el aragonés Javier Lambán. Tanto, que la dirección socialista le ha tenido que llamar a capítulo varias veces para que rebaje sus críticas a Unidas Podemos, a los pactos con el independentismo catalán y vasco o a la propia estrategia que sigue su partido, basada en la confrontación con el PP.
Estas advertencias no han hecho mella en Page. A finales del año pasado,al calor de la derogación de la sedición y la rebaja de la malversación negociadas con ERC, el presidente castellano-manchego acusó a Sánchez de tomar a los ciudadanos “por tontos” al pactar “condenas con delincuentes”. Hace solo cuatro días, justo antes del inicio de esta campaña repleta de interrogantes, le preguntaron por su relación con el jefe del Ejecutivo. “Ninguna”, contestó.
Sánchez anuncia un plan para que los mayores de 65 años vayan al cine los martes por solo dos euros
Y sin embargo, un espectador que acudiese este domingo a Puertollano (Ciudad Real) sin conocer el contexto pensaría que entre ambos dirigentes hay, si bien no amor, al menos cierta sintonía. El presidente del Gobierno y el de Castilla-la Mancha aparcaron sus profundas diferencias para intentar revalidar la autonomía el próximo 28 de mayo. Aquí no hay ningún choque. Los equipos de Sánchez y Page coinciden en que este continuará al frente de la comunidad, gracias en parte a su capacidad para atraer a los antiguos votantes de Ciudadanos. Puede que con mayoría absoluta o puede que gracias a un pacto con Podemos, si los morados logran entrar en el Parlamento autonómico (en 2019 se quedaron fuera), pero los socialistas mantendrán el poder. No todas las encuestas apuestan por este desenlace, pero sí el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), según el barómetro publicado el pasado viernes.
“Estamos haciendo lo contrario que Cospedal en todos los sentidos. De la misma manera que el Gobierno de España está ofreciendo ante la crisis por la guerra de Ucrania y la de la pandemia una medicina totalmente distinta a la del PP”, dijo Page, colocando la acción de ambos ejecutivos en el mismo camino. “Cuando ellos gobernaban, los consejos de ministros eran de recortes sociales. Con nosotros, de avances sociales”, añadió Sánchez minutos más tarde.
Los signos de la distancia
Pero el mitin también dejó signos evidentes de que la relación entre los dos dirigentes es muy mejorable. Por ejemplo, la frialdad y rapidez con la que se saludaron al darse el relevo ante el micrófono. O la decisión del líder del PSOE de no ensalzar durante su discurso la gestión del presidente de Castilla-La Mancha, como sí hace cuando interviene en otros territorios gobernados por los socialistas. O la mención implícita de Page al principal ataque del PP a Sánchez durante este inicio de campaña: la inclusión en las listas de Bildu, un aliado parlamentario clave del Gobierno central durante esta legislatura, de 44 candidatos que fueran condenados por pertenencia y colaboración con ETA.
Page advierte tras la polémica por las listas de Bildu: “Con los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina”
“Cuando los independentistas buscan arrimar el agua a su sardina y que el resto no tengamos lo mismo, yo siempre levantaré la voz. Y si esos independentistas alguna vez han utilizado una pistola, con más motivo. Yo con los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina”, señaló Page. Sánchez evitó aludir a esta polémica. Ya se refiririó a ella el viernes por la noche, desde Washington, tras reunirse en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Joe Biden. La presencia de exetarras, dijo, “será legal, pero no es decente” y merece el “mayor de los reproches”.
Frente al “ruido” de la derecha, el líder socialista quiere centrar la campaña en la gestión del Gobierno, con continuos anuncios de nuevas iniciativas. Tras las medidas sobre vivienda (que apelan al voto joven), sequía (electorado rural) y derecho al olvido oncológico para quienes han sufrido cáncer dejen de ser “discriminados” cuando contraten créditos, seguros o hipotecas, Sánchez lanzó este domingo un guiño al sector del cine y a los mayores. El próximo Consejo de Ministros, explicó, aprobará un programa dotado con 10 millones de euros para que los ciudadanos de más de 65 años paguen los martes solo dos euros por acudir a una sala a disfrutar de una película.
Enlace de origen : Sánchez y Page aparcan sus profundas diferencias para revalidar Castilla-La Mancha