Snus: un “chute” de nicotina en la encía

No puede decirse que a la industria tabaquera le falte imaginación para mantener sus millonarias ganancias ante las políticas antitabaco, comercializando nuevos productos: cigarrillos light, de sabores, tabaco de liar, cigarrillos electrónicos, vapeadores, tabaco sin combustión… Dentro de este último grupo se encuentra el snus, un estimulante sin humo que contiene nicotina y que, a diferencia del rapé, se consume por vía oral.

Se trata de una bolsita, que puede contener o no tabaco, que se coloca entre la encía y el labio superior y que se absorbe directamente por vía sanguínea. Y aquí radica su atractivo: al tratarse de un producto sin humo, puede consumirse discretamente en cualquier espacio donde el resto de productos del tabaco están prohibidos. Además, su acceso es relativamente sencillo y su coste es menor que el del tabaco de inhalar, lo que lo hace especialmente atractivo entre la población más joven.

Jesús Cancelo, director de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga, Alborada, afirma que su circulación en Galicia es aún anecdótica, aunque ve “muy factible” que en poco tiempo gane popularidad. “Que llegue es una cuestión de tiempo. Estas sustancias siempre llegan primero a las grandes ciudades, donde hay más circulación de personas de fuera, y su implantación dependerá en gran medida de si su precio es competitivo”, opina el psicólogo especialista en adicciones.

Existen dos tipos de snus: el clásico, de color oscuro y que contiene tabaco, y el blanco, también conocido como “nicotine pouche”, que sólo lleva nicotina sintetizada y a menudo aromatizada. La plataforma Nofumadores ha pedido a Sanidad que “prohíba inmediatamente” estas bolsitas de nicotina.

Jesús Cancelo.

Jesús Cancelo. / Alba Villar

“Al contener más nicotina, el síndrome de abstinencia es mayor”

Jesús Cancelo

— Director de Alborada

La moda del snus llega desde Suecia, donde el consumo de la versión clásica –mezcla de tabaco finamente picado, agua y sal– está muy extendido: uno de cada siete suecos lo consume. En su batalla por convertirse en el primer país europeo sin fumadores, Suecia otorga un lugar especial al snus, que, según el Gobierno sueco, ha contribuido a que el número de fumadores haya pasado del 15 al 5% en menos de veinte años.

No hay que restarle importancia porque, como cualquier sustancia, tiene sus riesgos, pero dentro de la política de reducción del daño puede ser la opción menos mala porque ¿qué pasa si una persona no es capaz de superar su dependencia a la nicotina? En este caso de lo que se trata es de minimizar los daños, es decir, de intentar que se haga el menor daño posible a sí mismo y a los demás. El riesgo está en que en vez de ser una alternativa al tabaco se generen policonsumidores, como pasa con el vapeo”, comenta el director de Alborada, para quien que califica de dramático que el 33% de la población en España fume, según el estudio EDADES de 2022.

La Unión Europea prohibió el snus clásico (con tabaco) en 1992, a excepción de Suecia y Dinamarca. El snus blanco, cuya producción industrial comenzó hace unos quince años, se aprovecha de un vacío jurídico porque no contiene tabaco, por lo que es posible adquirirlo en algunos estancos y en sitios web. También en España. Aunque a priori no conlleva los perjuicios de la inhalación de los compuestos de la combustión del tabaco como las nitrosaminas, altamente cancerígenas, no por ello es un producto inocuo. En 2008, la Dirección de Salud y Protección al Consumidor de la Unión Europea emitía un informe que lo calificaba de dañino y que advertía de su elevado poder adictivo. En 2023, el Ministerio de Sanidad informaba de sus riesgos para la salud, basándose en un informe del Instituto Federal para la Valoración de Riesgos (BfR) de Alemania.

Alta dependencia

La nicotina actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. Un snus puede contener entre 3 y 47 gramos de nicotina según sea extrasuave o extrafuerte –un cigarrillo convencional contiene un promedio de 8 mg–.

“El snus suele contener más nicotina que un cigarro convencional, por lo que su capacidad para crear dependencia es mucho mayor que éste y la deshabituación puede ser más difícil y conllevar un mayor síndrome de abstinencia”, alerta Cancelo.

El snus también actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando la frecuencia cardiaca y la posibilidad de arritmias. Así, un saquito con 6 mg de nicotina puede elevar entre siete y diez minutos la tensión arterial y la frecuencia cardíaca en diez latidos por minuto, lo que conlleva un considerable riesgo cardiovascular. También hay evidencia científica de la relación causal entre su consumo y distintos tipos de cánceres, principalmente de boca (lengua, mejillas), esófago y páncreas, según Adriana Sanz Marchena, presidenta del Colexio Oficial de Dentistas de Pontevedra y Ourense (CDPO).

Adriana Sanz

Adriana Sanz. / FdV

“Al colocarse sobre la mucosa, sus productos se absorben con facilidad”

Adriana Sanz

— Presidenta del Colegio de Dentistas de Pontevedra y Ourense

“Al colocarse sobre la mucosa oral, la nicotina y sus productos se absorben con gran facilidad dada la vascularización de la mucosa, que en este caso ofrece dos superficies de contacto con la trama vascular: labio y encía. Esto puede provocar, además de cáncer, gingivitis, periodontitis y retracción de las encías; erosión ácida y mayor propensión a tener caries; leucoplasia (parches blancos en la lengua, en la boca o en la parte interna de la mejilla); halitosis, y tinciones dentarias”, explica la dentista.

Al tratarse de un fenómeno conductual nuevo en España, de momento, no se conocen casos de pacientes que hayan necesitado atención odontológica, aunque sí hay casos reportados de los países nórdicos. “En España su consumo es reciente, pero probablemente veamos casos próximamente”, añade.

Según Sanz, otro problema a considerar es que no contiene tabaco, sino sales de nicotina sintética, lo que abre “un panorama complejo que seguramente requerirá esfuerzos normativos en cuanto a legislación para proteger en especial a la población joven”. “Al igual que ocurre con los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado, los aromas y sabores tienen un gran impacto en la atracción que generan”, opina.

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