Aunque la cuota de mercado de vehículos eléctricos está descendiendo en el conjunto de Europa —ha pasado del 13,8% de enero al 13,3% de junio—, que buena parte de los países suspenden en infraestructura de recarga —España está en el penúltimo lugar, solo por detrás de Italia— o a la falta de incentivos suficientes para las nuevas matriculaciones, en poco más de un mes entrará en vigor un nuevo peldaño de la normativa CAFE (Clean Air for Europe, Aire Limpio para Europa).
De media, las emisiones de las nuevas matriculaciones de turismos deberán estar por debajo de los 93,6 gramos de CO2 por kilómetro, un límite bajo el que, a día de hoy, solo figuran marcas como la china Geely, Tesla o Volvo, según informes difundidos por las consultoras especializadas Dataforce y Transport & Environment (T&E). Para los grupos que superen los límites fijados de emisiones, la sanción será de 95 euros por cada gramo de CO2 extra y coche vendido. Stellantis supera ese listón, con 113 gramos de CO2 por kilómetro, con datos a cierre del primer semestre.
Aquí es donde entran los cálculos, que difieren según las casas de análisis. La energética Repsol, por ejemplo, ha emitido un informe —divulgado en los últimos días por los principales medios especializados de Europa— que calcula que el grupo que comanda Carlos Tavares enfrenta el riesgo de una multa de 2.629 millones de euros, teniendo en cuenta las unidades vendidas en 2023 y su media actual de emisiones.
Supondría una sanción equivalente a 1.235 euros por vehículo nuevo matriculado. En su caso, y teniendo en cuenta la gran penetración de la compañía en el segmento de comerciales ligeros o furgonetas, el tope fijado por la CAFE para 2025 estaría en los 100 gramos de CO2 por kilómetro. El análisis de T&E, elaborado en abril, considera no obstante que Stellantis estaría «cerca» de poder alcanzar las metas fijadas por Bruselas.
Todo el mundo conoce las reglas desde hace mucho tiempo, ha tenido tiempo de prepararse
El grupo que tiene todas las papeletas para asumir la multa más cuantiosa es Volkswagen, con 8.844 millones de euros, también según Repsol; T&E lo sitúa como el segundo que más lejos está de alcanzar los objetivos, solo por detrás de Ford, y Dataforce ha elevado hasta los 123 gramos de CO2 por kilómetro la media marcada entre enero y junio. Su límite para el conjunto de 2025 está en los 95 gramos.
Pese a estos diagnósticos, y a que la patronal europea ACEA (European Automobile Manufacturers’ Association) ha pedido una moratoria de dos años para estos nuevos techos de emisiones, en Stellantis se han mostrado radicalmente en contra. El equipo de Tavares —con el que el grupo abandonó la ACEA en 2022, por cierto— está convencido de que han hecho los deberes. «Sería surrealista cambiar ahora las normas europeas», declaró el patrón portugués al respecto a la agencia Agence France-Presse.
«Todo el mundo conoce las reglas desde hace mucho tiempo, ha tenido tiempo de prepararse y por eso ahora estamos compitiendo», abundó el directivo, que abandonará su cargo en enero de 2026. Stellantis confía en que el refuerzo de su oferta en eléctricos e híbridos —con 30 modelos bajo sus 15 marcas hasta final de año— será la palanca para anular cualquier riesgo de multa.
Porque, de hecho, una mayor penetración de modelos verdes o compra de créditos de emisiones a firmas como Tesla —que Tavares rechaza de plano por «compromiso ético»— será la única forma de eludir las sanciones. Si Bruselas, como parece, no da marcha atrás con el calendario de la CAFE.
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Enlace de origen : Stellantis se enfrenta a multas de 1.235 euros por vehículo por la normativa UE